martes, 17 de noviembre de 2015

Francia, unida contra el terrorismo

Sucedió el viernes por la noche. Precisamente en un viernes 13. Hasta ahora aún no me había atrevido a opinar políticamente sobre el tema, más que de forma muy general en mi veterano blog principal. Se habla de muchas cosas al respecto de este tema y todas ellas obligan a que maticemos bien nuestra opinión de la situación. Pero de una forma u otra hay que ser valiente y exponer las ideas sin miedo o sin el qué dirán unos y otros. Lo que está claro es que el Estado islámico (forma de apelar al ejército terrorista de carácter extremista) desafía a Europa y demuestra que el atentado a la sede de Charlie Hebbdo no era en absoluto anecdótico. Y es un problema que difícilmente se resuelve con palabras y negociaciones. Esta gentuza se dedica a cometer salvajes torturas en sus centros, aparte de entrenar a jóvenes terroristas. Pero claro, luego hay gente que se indigna de que Francia bombardee sus centros.

La primera crítica que se lanza desde los que pretenden dar lecciones contra la hipocresía es que el gobierno francés (o mejor dicho el capitalismo) financia a los terroristas y que ha creado a estos terroristas. En definitiva, que la culpa es de Occidente. Como asegura ese personaje tan lúcido como Willy Toledo. Que no falla, como cuando ocurre una tragedia, para hacer gala de su sapiencia e inteligencia. Sí, el mismo que alivió su esfínter en el día de la Hispanidad. La excusa de echar la culpa a Occidente de los atentados que se producen allí arranca desde 2001, primer y gran barbaridad cometida por los extremistas islámicos. O lo que es peor, calificarlos de "autoatentado". No discuto que parte de ese armamento lo obtengan de países capitalistas, pero esas argumentaciones callan cuando se conoce el evidente patrimonio petrolero de esas dictaduras. Y acusar como en este caso a Francia es casi como responder ante un caso de violencia de género: "pues algo habrá hecho". Una desfachatez absolutamente incalificable.

Otra crítica ha sido el hecho de que se transmita mucha más información y condolencias por los atentados de Francia que del Tercer Mundo. En este caso, la demagogia es mucho más grande. Evidentemente, por cuestiones geográficas y culturales, nos pilla mucho más de cerca el caso francés. Además, no es ni mucho menos habitual que sucede allí esto. Y no supone que nos importe poco o nada lo que suceda en Siria, Irak o el resto de países en guerra. Pero esto es como si algo le pasa a tu vecino en comparación con alguien del pueblo de al lado. Es muy fácil que te entristezca o te indigne más lo que sientes más próximo a tí. Es cierto que toda vida vale lo mismo. Pero a algunos habría que recordarles que son ellos los que deciden qué vida vale más. Por ejemplo, el caso de Isabel Carrasco y los mensajes en redes sociales. ¿Lecciones de vida van a dar esta gente?


El pasado domingo, Francia atacó posiciones del Estado islámico en Siria. Pero la triste manipulación en las redes sociales, así como ciertos titulares informativos amarillistas, desviaron la atención a que el gobierno francés estaba bombardeando Siria. Sí, como si fuera a lo loco. Pero realmente han sido puestos de mando, centros de reclutamiento y depósitos de armas. Ya lo hizo en su momento Putin.Y ahora se ha unido a Francia. El socialista Hollande lo tiene muy claro. "El Estado islámico debe ser destruido". Pues tiene TODA la razón, digan lo que digan. Y todo el parlamento francés, olvidando las diferencias de color político, le aplaude. Para después despedirse cantando el himno de la Marsellesa. Y es que la unión que tienen los franceses desgraciadamente no sólo no la tenemos los españoles, sino que no nos esforzamos siquiera por ello. Desenterrando tras varias décadas después los fantasmas que la Transición sí pudo superar.

Evidentemente esos ataques no son la solución exclusiva, pero a mi modo de ver está claro que si no se les para los pies a estos terroristas seguirán matando a muchas personas. De hecho, están en alerta Londres, Washington, Roma y tal vez Madrid. Incluso el Bélgica-España se ha suspendido porque la policía tenía serias sospechas. Y no sería de extrañar, puesto que ya hubo el viernes una intentona en el estadio de Saint-Dennis.

En España, la formación creada por Pablo Iglesias y Monedero, que rechazó el pacto anti-Yihadista sólo por no firmar donde lo habían hecho PP y PSOE, presenta una serie de 7 medidas que en principio suenan bien. Pero se quedan en un brindis al sol si no llevan aparejadas la cooperación internacional, aunque ya se sabe que a sus votantes la OTAN les suena peor que Arévalo imitando a un gangoso. Aquí se puede consultar el texto del acuerdo, desprovisto de cualquier tipo de populismo. Porque la palma de la demagogia se la lleva Manuela Carmena, Alcaldesa de Madrid. Pide que se hable y negocie con los asesinos que cortan cabezas y torturan a "infieles". Con los mismos de la fotografía de más arriba. ¿Estos son los que se hacen llamar "el cambio"?

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