Artur Mas y su lodazal soberanista

Tras las elecciones al Parlament de Cataluña del pasado 27 de septiembre (el último aperitivo antes de la cita con las Generales), en los últimos días se ha hecho más patente si cabe lo que existe allí. Una tremenda crisis política, mucho mayor que la que existe a nivel estatal. Este lunes 9 de noviembre, un año más tarde de la famosa consulta (fiesta independentista disfrazada de democracia) y 301 años después de una fecha simbólico para el separatismo catalán, el Parlament aprobaba una declaración en la que insta al inicio de un "proceso de desconexión" con el Estado español y se atreve a hablar de negociación pacífica con el mismo mientras que ordena al Govern que salga constituido a que cumpla en exclusividad las leyes autonómicas. Puede consultarse dicha declaración en este enlace. Ni que decir tiene que fue elaborado conjuntamente por los grupos parlamentarios de JxSí y la CUP, únicas candidaturas que abiertamente defienden la independencia, pero que obtuvieron la mayoría de escaños gracias a la fórmula electoral de precisamente la Ley española. Porque son la única Comunidad Autónoma que carece de Ley electoral regional. El principal motivo es que jamás se han puesto de acuerdo, pero a pocos se les escapa que la fórmula D'Hondt sobrerrepresenta a las fuerzas más votadas y penaliza a las menos.

Con independencia de que los resultados electorales hayan sido realmente un fracaso para las aspiraciones soberanistas (dada la tremenda igualdad de los bloques partidarios de seguir o no en España), lo cierto es que el separatismo no parece frenar sus amenazas y presiones. Entre las respuestas de los representantes de otras formaciones ante este desafío hay que destacar la de Inés Arrimadas. Aquí puede escucharse su intervención completa, en la que ataca al candidato Mas por su hipocresía al tapar la corrupción de su partido y su errónea convicción de haber conquistado a una mayoría catalana que no desea ningún proceso soberanista de secesión y constitución de un nuevo Estado. El resto de frases y comentarios significativos de los protagonistas puede leerse en este otro enlace.

La respuesta del presidente del Gobierno ha sido pedir dictamen al Consejo de Estado y seguidamente recurrirla ante el Tribunal Constitucional. Esta institución ha apercibido a 21 cargos políticos del riesgo de incurrir en responsabilidad penal si incumplen la Ley. Lo más curioso es que entre ellos se halla gente de C's, PSC y la marca de Podemos, pero el motivo  no es porque hayan aprobado la pantomima del pasado lunes, sino porque ocupan posiciones en la Mesa del Parlament o Vicepresidencias. Ahora bien... ¿todo se acaba aquí? Para Rajoy, desde luego que no pensará hacer nada más, pues ya tiene una buena portada para la campaña del mes que viene.

Sin embargo, no soy partidario de una suspensión de la autonomía. Pero sí de tomar las decisiones contra los cargos que atenten a la democracia, ya que el artículo 155 de la CE no dice expresamente que deba procederse a ello si una Comunidad Autónoma atentase gravemente el interés general.  Por ahora, lo único que ha habido son bravuconadas y postureo por parte de los separatistas. La consulta del año pasado no merecía la pena prohibirla, ya que hubiese sido darles más motivos a ellos para alimentar su demagogia victimista. Además, quedó demostrada la escasa participación en comparación con esta cita electoral reciente y, por si fuera poco, que aquéllo fue más bien una fiesta organizada por independentistas al más puro estilo de "Juan Palomo". Lo que personalmente veo es más bien un desafío que se quiere proyectar a las Elecciones Generales. Comicios en los que participarán CDC y ERC por separado. ¿No decían que iban a desconectar? Más bien son ellos los que están engañando absolutamente a todos los catalanes, mientras que realmente los de la CUP resultan ser los más coherentes.

Y es que tanto el martes 10 como el jueves 12, la investidura de Artur Mas ha sido rechazada por una mayoría absoluta en el Parlament. La CUP es un partido político ubicable en la extrema izquierda, anticapitalista, revolucionario y que no se contenta con la secesión automática de Cataluña, sino que pretende construir el imperio de los Paisös Catalans. Es decir, apropiarse de la soberanía de Baleares, Comunidad Valenciana y la franja este de Aragón. Pero, ante todo, su modelo económico y social choca con los planteamientos de CDC de recortes. Pues, que no se confundan. La auténtica marca blanca del PP en Cataluña es la formación de Mas. Sólo que con distinto número de barras en su bandera. Pues bien, como prometieron con anterioridad a la campaña electoral, no han dado su apoyo para investir a Artur Mas. Esto ha generado un curioso cruce de acusaciones entre los partidarios de una lista y otra. No todo vale por la independencia, aparte de que estos señores no se andan con "chiquitas" y no se fían de que el proceso vaya en serio con este señor.

Ni tan siquiera la hilarante propuesta de un Govern coral, compartiendo varias Vicepresidencias y estableciendo una moción de confianza a los diez meses han convencido a Antonio Baños. De esta singular propuesta se ha hecho mucha broma en la red, en el sentido de que para poder consumar el acto, Mas le pedía a Baños que "sólo la puntita, porfi". Absolutamente bochornoso todo. Pero el lodazal en el que este señor, lo que queda de CIU tras la escisión de Unió y la retratada ERC han metido al pueblo catalán es realmente estremecedor. Los grupos políticos que salgan elegidos con posterioridad al 20-D deberán de hacerse responsables de reformar las instituciones y adaptarlas a esta crisis político-territorial. Pero la mecha de la CUP ya ha sido encendida y, como se ve, poco se puede negociar con ellos. Nada de esto hubiese ocurrido si se atajase antes, y en ese sentido creo que mucha culpa la tiene Rajoy por no aceptar un nuevo modelo fiscal (por ejemplo). De cualquier manera, es igual de cierto que cuando al separatismo le ofreces la mano, a veces puede pretender arrancarte el brazo. Tal sucedió en época de Zapatero. En definitiva, las cesiones han de ser mutuas.