Durante el gobierno de la izquierda peronista, especialmente en la etapa del procesado por corrupción y por maltrato a su mujer Alberto Fernández de Kirchner (2019-2023), el gasto público aumentó enormemente y ello ocasionó que se disparase el déficit, teniendo que acudir al endeudamiento. Sin embargo, llegó a un punto en que la confianza de los mercados cayó en picado y ante el riesgo de default (incapacidad para pagar la deuda) tomaron la pésima decisión de aumentar la oferta de dinero para financiar ese endeudamiento. Es decir, activaron la máquina de imprimir billetes como si no hubiese un mañana. La consecuencia de esa nefasta política monetaria fue la fuerte devaluación del peso argentino porque ese exceso de oferta no podía ser asumido por una demanda contraída y que, ante la subsiguiente hiperinflación, prefirió deshacerse de sus pesos y comprar dólares. Encima de todo, el gobierno argentino de la condenada por corrupción Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) impuso un cepo cambiario de forma que limitaba la compra de dólares por pesos para no quedarse sin reservas al mismo tiempo que un tipo de cambio oficial por debajo del de mercado.
Cuando llegó Milei en 2023 prometió varias cosas. Lo primero de todo era revertir la situación económica a un superávit presupuestario que permitiese recuperar la confianza de los mercados, que había sido el peor legado peronista. Para ello, era preciso reducir el gasto público y sus primeros instrumentos fue el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 que permitía derogar muchísimas regulaciones que ocasionaban gastos indirectos como la Ley de Alquileres o la Ley de abastecimiento (que establecía control de precios y sanciones a empresas), se modificaron convenios laborales y condiciones de contratación, se privatizaron empresas estatales, se anunció la no renovación de 7.000 contratos laborales de empleados públicos y se autorizó el uso libre de divisas en contratos privados. El Senado, donde era mayoría la oposición, tumbó el Decreto pero el Congreso fue capaz de mantenerlo en buna parte. En cuanto al proyecto de Ley Omnibus permitía avanzar mucho más en términos de desregulaciones del mercado energético, agropecuario y minero, reducía el gasto público eliminando subvenciones y organismos públicos y establecía delegaciones legislativas en favor del Presidente. El modelo original fue rechazado en las cámaras en febrero de 2024 pero en mayo se pudo aprobar una versión recortada. En esta tesitura, estaba claro que Milei necesitaba unas Cortes Legislativas con mayor fuerza de su partido.
Superávit fiscal y licuación de deuda
La mayor obsesión de Milei desde el inicio y que paradójicamente se ha aparcado por el momento es la dolarización de la economía, que permitiría cerrar el BCA y evitar que regresen políticas monetarias inflacionistas. Sin embargo, se trataría de un proceso gradual cuyos pasos en realidad no se han frenado. Serían necesarios un ajuste fiscal y control del déficit, reducir la inflación, limpiar de pasivos el BCA, financiar a largo plazo pesos que se conviertan en dólares y acumular reservas mientras aumenta la confianza de ciudadanos, bancos y empresas de dentro y fuera de Argentina. Los datos arrojan que en menos de dos años las reservas en dólares se han duplicado alcanzando los 8.000 millones a fecha de hoy.
Con esa política, Milei ha conseguido importantes logros en estos casi dos años a nivel macroeconómico. En primer lugar, logró iniciar una senda de superávit fiscal puesto que Argentina cerró 2024 con un superávit primario del 1,8% y un superávit financiero del 0,3%. Es algo que no sucedía desde 2010 y fue posible gracias a un ajuste estructural del 4,7% del PIB, puesto que el déficit fiscal de 2023 fue de 4,4%. Este déficit cero era imprescindible para poder controlar la inflación y además sin emitir moneda, que fue la receta del desastre con el que ahora hay que lidiar. Pero sobre todo ha permitido ir pagando la deuda.
Además, para favorecer la licuación de deuda en un contexto de mayor optimismo (clásica luna de miel de los cambios de gobierno) suprimió las Leliqs, que eran unos pasivos remunerados por el Banco Central Argentino (BCA) pagaderos en 28 días y con unos tipos brutales del 133% y se sustituyeron por los pases financieros, si bien se redujo la tasa de interés del 126% al 100% financiando directamente al Tesoro Público Argentino (TPA) en lugar de al BCA. Al mismo tiempo, los argentinos podían invertir en bonos o letras del TPA a largo plazo inmovilizando pesos entre uno y tres años para al término recibir la cantidad en dólares.
Milei consiguió también nuevos para refinanciar la deuda externa como la prórroga del swap con China para aliviar la presión sobre las reservas. El más importante fue el reciente rescate de más de 17.000 millones de dólares firmado con el presidente de EEUU Donald Trump. No es casualidad el momento, puesto que fue posterior a la derrota electoral de Buenos Aires, coetáneo al fuerte descenso de la bolsa argentina y previo a los cruciales comicios legislativos. Afortunadamente, a ambas partes les ha salido bien la jugada, pues los resultados del 26 de octubre y a los que estaba supeditada la efectividad del rescate han sido inmejorables. A la oposición le sirvió para acusar a Milei de vender Argentina a Donald Trump, pero los ciudadanos parecen haberlo percibido como una oportunidad y mayor confianza en el futuro. Eso entronca con la mayor confianza de los mercados y la inversión extranjera, de manera que se ha reducido el riesgo país de forma considerable. Es decir, la probabilidad percibida de que un Estado no pague sus intereses a los acreedores.
Reducción de la inflación, política cambiaria y crecimiento económico
Estas reformas y acuerdos han permitido reducir la inflación a niveles inferiores de los últimos cinco años. Por desgracia, esa mejora objetiva a nivel agregado de la inflación no termina de percibirse aún en la esfera microeconómica. Aún así, ello no quiere decir que haya aumentado la pobreza en Argentina sino todo lo contrario. Así, en el primer semestre de este 2025 se ubicó en el 31,6% que, si bien aparentemente es una cifra que se antoja muy elevada, representa en realidad la menor desde 2018 según datos del INDEC. De hecho, el descenso interanual ha sido brutal al ser de 21,3%.
En abril de este año fue cuando Milei anunció el levantamiento del cepo cambiario. No llegó hasta un momento en que el mandatario entendía que el proceso citado había llegado al punto adecuado y que existía suficiente confianza en el peso como para no deshacerse de toda la moneda y al mismo tiempo aumentar la circulación de dólares. Sin duda una decisión compleja y que tenía muchos efectos colaterales. Pero no vino sola, puesto que en el mismo mes vinieron otras dos. Primero, se acordó un préstamo con el Fondo Monetario Internacional por valor de 20.000 millones de dólares y segundo se modificó el sistema de bandas cambiarias del BCA y se estableció un rango de 1.000 a 4.000 dólares, de forma que el peso fluctuaría libremente según la oferta y la demanda. En caso de que se acercase al límite inferior, el BCA vendería pesos para mantener sus reservas de dólares y en caso de aproximarse al superior justo lo contrario para absorber el exceso de liquidez de pesos y combatir la inflación. Además, esto permitía estar preparados ante el denominado atraso cambiario que perjudica siempre a empresas exportadoras e importadoras.
Y, a todo esto, ¿qué hay del crecimiento económico, el empleo y los salarios? Los datos del INDEC arrojan un incremento del PIB argentino durante 2024 incluyendo el consumo privado de los hogares, lo que es una buena señal de recuperación aunque queda mucho todavía. A pesar de que la tasa de paro subió al 6,4% superando el 5,7% de 2023, la ocupación ha subido en 78.000 personas siendo el aumento más elevado desde 2016 que es cuando se inician las estadísticas de conteo. Además, los salarios reales interanuales también aumentaron comparando noviembre de 2024 con 2023 en un 3,3%.
El futuro de la legislatura
Frente a estos datos y logros, la oposición argentina ataca la metodología de los datos que es la misma que se aplicaba cuando ellos gobernaban y la prensa sincronizada al servicio del gobierno socialista de España etiqueta con la mayor ignorancia de ultraderecha al gobierno de Milei, cuando no mienten deliberadamente con manipulaciones expresando un periodismo basura. El partido LLA es una formación de corte liberal libertaria con independencia de que Javier Milei optase por seguir una estética de liderazgo populista con fuertes críticas e insultos a la política progresista argentina. También son polémicas ciertas escenas en las que aparece con una motosierra como metáfora del achicamiento del Estado elefantiásico y de la lucha contra el déficit público. Sin embargo, creo que esta estética no es lo verdadera importante más allá de la imagen. Desde el principio yo he visto que hay dos Milei: el economista gobernante y el personaje. El segundo no me gusta, debo de decirlo. Pero le ha servido para ganar unas elecciones, las del 2023. Con todo, el que ha ganado las segundas, las del domingo pasado, ha sido el economista político. Y esa es la primera y mejor noticia personal para Javier Milei.
Por ello, le recomendaría centrarse en estos dos años en el economista político y dejar a un lado ese personaje que ya no le reportará más victorias. A ese respecto, tiene que tener más cuidado con ciertas alianzas que sólo tienen en común el enemigo socialista. Y es que Donald Trump ó Abascal son conservadores nacionalistas y proteccionistas que muy poco o nada tienen que ver con lo liberal tanto económico como social. En el liberalismo todo es posible mientras que no afecte ni a la vida ni a la propiedad ni a la libertad de terceros. E igualmente debe de tener más cuidado con promocionar proyectos sin un conocimiento previo como la famosa polémica de la criptomoneda de Libra que estalló en febrero de este año. Debe entender que siendo Presidente de la Nación sus mensajes tienen una proyección muy alta y pudo haber perjudicado a muchas personas. A fecha de hoy se desconoce si tendrá algún tipo de responsabilidad, pero el impacto electoral habría sido únicamente en las regionales de Buenos Aires. Sólo se sabe que un bufete de abogados de Nueva York le señaló, pero por lo demás parece que sólo El País se acuerda de esto. Mi opinión es que no podría probarse dolo ninguno, pero la negligencia fue evidente.
A partir de ahora, el proyecto de LLA tendrá un mayor poder legislativo para poder aplicar sus reformas. No existe mayoría absoluta, pero si suficiente margen como para evitar que se produzcan bloqueos de proyectos legislativos o se tumben decretos e incluso haya mociones de censura destructivas (que no funcionan como España). También será muy complicado que se aprueben proyectos para incrementar el gasto público y destruir el superávit presupuestario que tanto trabajo está costando. No hay que olvidar que lo único que quiere el Kirchnerismo es hundir a la Nación para que en ese caos que ya generaron ellos en su momento se justifique su regreso. Sin duda, estos dos años que quedan por delante serán los más importantes para poder realizar las reformas que demuestren que una política económica liberal es la de mayor progreso no sólo a nivel agregado sino también para los ciudadanos. Así que suerte a Argentina y a Milei y... ¡¡VIVA LA LIBERTAD CARAJO!!
(fuente de la foto: Diario La Provincia de San Juan)

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