Se trata del impacto del movimiento Woke o también llamado Wokismo en las políticas públicas y privadas cuyo nacimiento tuvo por principal suceso que activó la palanca el fallecimiento de George Floyd (un hombre de raza negra que había cometido un delito) a causa de un abuso policial. En la teoría, lo Woke hace referencia directa a "despertar", lo que se quiso enfocar a la necesidad de cuidar y proteger a las minorías discriminadas frente a la masa. Pues bien, pese a lo loable en términos generales de velar por la igualdad de oportunidades de esas minorías, las políticas públicas y privadas pero impulsadas desde las administraciones han terminado degenerando en los mismos errores del feminismo, pervirtiendo el ideal y favoreciendo situaciones en las que la igualdad brilla por su ausencia.
Para empezar, lo más controvertido ha sido equiparar los derechos de las mujeres trans a las mujeres biológicas. Aparentemente, esta frase que he escrito escandalizaría a todo el mundo progresista y a juicio de ellos merecería entonces no ser ya cancelado, sino incluso condenado por delito de odio. Sin embargo, quedarse en lo simple y superficial, como pienso que peca el artículo de referencia, es lo realmente osado.
La mencionada equiparación colisiona frontalmente con el feminismo y de ahí que la denominada izquierda tradicional haya protestado contra esto con líderes importantes como Carmen Calvo en España. La doctrina Queer, por sí misma, es una ideología y es la que impregna la Ley impulsada desde el sector de Podemos del Gobierno de España. Si una persona que, de acuerdo con las nuevas reformas legales, ni tan siquiera tiene que pasar por un quirófano sino que única y exclusivamente necesita sentirse mujer y hacerlo constar así en el Registro Civil tras un procedimiento administrativo, si reducimos el ser mujer a un estado de pensamiento, se están cargando de un plumazo el feminismo en nombre de la sacrosanta igualdad. Tres ejemplos los tenemos en hombres que tras transicionar acceden a subvenciones propias de mujeres, mujeres trans con físico propio de hombre participando en competiciones deportivas con mujeres biológicas en clara superioridad de condiciones y hombres que dicen sentirse mujeres a los que no se les aplicará la Ley Orgánica de Violencia de Género. Explicado en forma basada, ¿qué puede saber un tío de discriminación por ser mujer o de violencia contra la mujer que se autodenomina del sexo femenino?
Sobre el tema de los "no binarios", es decir, gente que ni se considera hombre ni mujer, a mí personalmente me parece absurdo, pero no soy nadie para decirle a la gente lo que se tiene que considerar a sí mismo. Es una decisión personal y que los liberales no tenemos más que respetar en la esfera individual, si somos igualmente libres como para considerar que sólo existen dos géneros: hombre (biológico o trans) y mujer (biológico o trans). Así que no, no es ningún delito de odio. Igualmente, existe derecho a denunciar que no se produzca en nombre de la igualdad ni discriminación ni privilegios injustificados y aquí vamos con la política DEI de diversidad, equidad e inclusión con contratación por cuotas.
Lo woke mueve dinero, muchísimo dinero. En EEUU estamos asistiendo al desmantelamiento de USAID, una agencia que se dedicaba a gastar (que no invertir) millones de dólares en programas en el extranjero para el desarrollo internacional. En realidad, este recorte no supone tanto en un presupuesto tan ingente como el del gigante americano, pero sí es significativo en otros como España con un Ministerio de Igualdad con 12,4 billones de euros. En dicho departamento se tramitan sobre todo contratos menores y transferencias corrientes y no ha estado libre de sospecha de corrupción ni la directora del Instituto con motivo de la instauración de esos "puntos violeta" que supuestamente vienen a reducir los abusos sexuales y los riesgos de violación pero a la vista de los datos y estadísticas no habrían ayudado absolutamente a nada más que a las cuentas corrientes de las contratistas. Que, por cierto, no suelen tener mucha competencia. ¿Por qué será?
Tanto en la Administración Biden como en empresas privadas norteamericanas a efectos de recibir financiación de fondos de inversión, se aplicaron políticas de supuesta igualdad para integrar a las minorías, dado que consistieron en establecer cuotas de contratación por género, raza y orientación sexual. Esto ha terminado alcanzando al cine, los videojuegos y las series de televisión. En el primero, lo más significativo ha sido el establecimiento de unos criterios en la Academia de los Oscars para seleccionar películas y personas candidatas, primando la representatividad y la atención a minorías por encima de la calidad. Esa es la razón por la que Emilia Pérez se llevó tantas nominaciones antes de conocer el pasado "facher" de la actriz trans protagonista. En otro plano tenemos a los famosos Live action de Disney en los que se cambia de raza al titular. Así, La sirenita que es de Dinamarca pasa a ser de raza negra y Blancanieves pasa a ser latina. Eso sí, esta última blanqueada a tope en el cartel chino. Y es que el wokismo trata de ser compatible con el capitalismo, como modificar el logo de una empresa con la bandera LGTBi salvo en los países con culturas poco amigables con el jamón aparte de con los derechos humanos. Y es que ya se sabe cuando la pela es la pela.
En los videojuegos, han surgido consultoras como Sweet Baby Inc. que han llegado incluso a extorsionar a productoras con contratarles por un millonario precio a cambio de no poner a parir a sus juegos en reseñas de revistas con las que tienen contactos. De esa forma, gente sin ningún talento en una industria que mueve mucho más dinero de lo que parece ha primado la aplicación de una ideología al entretenimiento, hundiendo títulos como Dragon Age 4 Veilguard ó Sucide Squade Kill the Justice Leagues en los títulos de más caché y luego Concord, Dustborn o Unknown 9 en los de nuevo cuño. Esos tropiezos en ventas han sido producidos debido a guiones absurdos con conversaciones sobre el género de los personajes, diseños lamentables que afeaban a las mujeres y liquidaban las proporciones a cuerpos "palo" y sobre todo una historia pobremente desarrollada. La prensa, sin embargo, afeó estos fracasos al llamado "review bombing" demostrando no ya una absoluta ignorancia sobre los gustos del público sino su interés por blanquear el efecto de estas políticas.
En las series de televisión ha sucedido también algo parecido como por ejemplo el spin offs de Star Wars como The acolyte, el otrora spin off de El Señor de los Anillos Los anillos de poder y la futura serie reboot de Harry Potter. En el primero, se saltan totalmente el canon/lore de la franquicia y se inventan una historia de mujeres lesbianas más otro personaje masculino con el que una de ellas llega a fantasear. Bajo este fondo aparentemente rompedor, se esconde en realidad una obra absolutamente incoherente con el universo Star wars y con un elenco pobre y sin ningún tipo de carisma. Algo parecido a lo que ocurre en Los anillos de poder en que pisotean también la coherencia de la saga madre e introducen a un elfo racializado. Finalmente, en un futuro cercano habrá serie de Harry Potter, con un Severus Snape de color ya seleccionado en el casting.
¿Se imaginan que estas políticas DEI y contratación por cuota fuesen obligatorias para todas las empresas privadas de cualquier sector, pisando la meritocracia por ser fascista y de ultraderecha? Está claro que el desastre estaría asegurado. Sin embargo, como he explicitado, el arma de guerra cultural de etiquetar al disidente como extremista es el único recurso para justificar unas políticas que pretenden establecer una verdad impostada. Y, en ese sentido, sí que existe una intención de imponer una agenda ideológica al tiempo que se desacredite a cualquiera que aporte argumentos. Por eso, el artículo al que me refiero construye un hombre de paja para que, con una falacia de base, se reduzca al absurdo la denuncia de la influencia woke a un ejercicio de intolerancia y de rechazo a la inmigración general cuando tampoco es así, sino a la gestión de la misma. Y es que, cuando la izquierda tradicional duda también de esas políticas, ¿no será que no es en realidad una igualdad radical sino más bien una ruptura de la misma tratando a minorías como si fuesen mayorías en lugar de integrarlas como personas normales en atención exclusiva a su mérito y capacidad?
En la actualidad, ya existen muchas leyes que posicionan al hombre en una situación de discriminación respecto de la mujer, no sólo en temas de divorcios y custodias compartidas y en la existencia de juzgados que encausan sólo a hombres. Esto que señalo es otro facto de grande como un castillo. Y es que la lucha contra el machismo y la violencia contra la mujer, al haberse avanzado mucho y cambiado muchas mentalidades, se ha quedada corta tanto como bandera como arma arrojadiza de la izquierda. Y es entonces cuando introducen la violencia psíquica, la digital y la vicaria como EXCLUSIVAS del hombre contra la mujer, pero no ni en el sentido contrario ni en sexos iguales. También cuando establecen ayudas y subvenciones por razón exclusiva del sexo en lugar de su situación económica y personal, diferentes baremos en oposiciones para ejercer el mismo puesto y sobre todo, un retrato mediático de que cualquier disputa producida entre una mujer y un hombre va a ser por culpa del segundo y necesariamente por motivo de machismo, sin más preguntas ni divagaciones y amparado en una organizada cultura de la cancelación.
Que la política feminista actual no funciona es otro facto irrefutable. Existe un feminismo social y un feminismo institucional que cada vez están más alejados por culpa de los gobiernos de PSOE y Podemos. Siguen falleciendo mujeres, pero se sigue colocando al hombre heterosexual como "terrorista" cuando los asesinos son una minoría mucho más reducida en proporción que las denuncias falsas que sí atraviesan un procedimiento judicial para encajar en esa estadística disfrazada. No interesa hacer un estudio más complejo que depure e introduzca variables y entienda qué hay detrás de ese incremento de agresiones y abusos y sepa distinguir aquellas situaciones en las que el machismo está realmente en el centro del suceso o está fuera. No interesan factores sociales y culturales, sino establecer y desarrollar un nuevo poder político y sector económico que es el de la "Igualdad". Realizar estudios más complejos sería el fin de los chiringuitos. Porque les sale más rentable criminalizar a la mitad de la población amparado el poder político en una prensa al servicio de su relato vacío de contenido. Además, por lo que sea, no parece que las mujeres no alineadas con el Nuevo Testamento de la izquierda española estén bajo el paraguas de ese feminismo institucional o lo que es lo mismo las que no encajan en su narrativa. Y es que otros no sé, pero yo tengo memoria.
Sobre el tema de la inmigración es un tema mucho más complejo que convendría dedicarle un post aparte, a pesar de que como ya he señalado el artículo se despacha con una frase simple. Sí que comentaré que el impacto cultural está por encima de cualquier enfoque racista. Pero el relato progresista establece distinciones interesadas entre religiones etiquetando algunas en la extrema derecha (catolicismo y judaísmo) y otras incluso en corrientes feministas, lo que lleva a un dislate difícil de creer. Y es que si la actriz trans Karla Sofía Gascón hubiese tuiteado en el pasado los mismos mensajes, los mismos contra el cristianismo o judaísmo en lugar de contra el Islam no sólo no se le hubiese cancelado hasta prácticamente finiquitar su carrera, sino que los mismos que promovieron su boicot la hubiesen aplaudido y jaleado y los únicos que se hubiesen quejado serían los abogados cristianos. Abogados que hubiesen sido tachados de nacionalcatólicos y de fascistas y, por supuesto, se hubiesen reído de ellos. Pues bien, esta hipocresía es la que se halla en la base de la normalización de la inmigración ilegal mal gestionada por el Estado y lo que es peor, en la de la silenciación de los problemas sociales que se generan producto de la incompetencia manifiesta del Gobierno de España que lo único que pretende cambiar es delegar la competencia a Cataluña para su sostenibilidad.
Es una pena que en España sólo Vox se haya posicionado en contra de todos estos desbarres en Igualdad, mientras que el PP le ha comprado todo el marco a la izquierda más extremista por miedo a perder votos, esos votos que en realidad jamás les han votado ni los votarán ni sobornándoles. Como he mencionado antes, para mí ser liberal consiste en respetar la esfera del individuo de cómo quiere organizar su proyecto de vida personal, pero no en absoluto a imponer desde el Estado una agenda ideológica en nombre de un principio básico como la Igualdad y a cargo de los impuestos de los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar desde el respeto