Mientras sigue corriendo el plazo de dos meses iniciado el pasado 2 de septiembre para la posible convocatoria de las terceras Elecciones, este domingo 25 tendrán lugar los comicios electorales autonómicos 2016 en Galicia y Euskadi. Sin duda lo que presidirá el interés por estos comicios será la repercusión que puedan tener en la formación de gobierno nacional, pero también es simbólica la expulsión de Otegi como candidato. En este enlace puede leerse mi valoración de los resultados de 2012, cuando era por aquél entonces afiliado de UPyD. El PP y el PNV recuperaban sus respectivos feudos en los que casi siempre han gobernando. Sobre todo los segundos. Todas las encuestas apuntan a que van a volver a ganar e incluso en el caso del PP le siguen dando mayoría absoluta, de forma que el efecto Podemos y Ciudadanos no ejercería ningún daño considerable. Pero el PNV lo tiene más complicado, ya que podría darse la curiosa circunstancia de que pacte con PP y PSOE (ojo con el tripartito) ante la práctica imposibilidad de alcanzar acuerdos con Bildu y Podemos. Por su parte, Ciudadanos se juega conseguir el que dejará Gorka Maneiro por UPyD. El último diputado que le quedaba a una formación que ya no sirve para nada. Más que para promover el voto en blanco o insultar sistemáticamente.
En Galicia, los candidatos son los siguientes. Por el PP, repite Alberto Nuñez Feijoo, del que hace unos años le sacudió una polémica por una amistad con un acusado de narcotráfico. Sin embargo, no parece haberle afectado demasiado esta cuestión. En 2008, las elecciones que perdió Fraga, se hallaba gobernando el PSOE en España y existía cierto agotamiento del liderazgo del ex ministro franquista y ponente de la Constitución de 1978. En esta ocasión da la sensación de que el candidato no ha sufrido ninguna importante erosión. Además, buena parte del electorado moderado y de centro derecha puede estar mirando lo que está sucediendo actualmente en España y preferir mantener el voto al PP que dirigirlo a Ciudadanos. Por el PSG está Xoaquín Fernández y las encuestas preveen un importante retroceso en favor de En Marea, la marca blanca de Podemos que encabeza Luis Villares. Un candidato más joven para el electorado de izquierda que conseguiría unos resultados muy buenos. Sus votos, aparte de pescarlos del PSOE también los pillaría de la antigua Alternativa Galega y del BNG (Ana Pontón) que continuaría cayendo. Cristina Losada es la candidata de Ciudadanos y hasta hace poco le daban 2 diputados a nuestra formación, pero ahora no estaría tan claro entrar en el Parlamento Galego. Uno de los motivos, la desafortunada metedura de pata con la maquetación del autobús. Parece una tontería, pero habrá gente que se habrá sentido ofendida. Losada no tiene la culpa, pero hay que estar más pendientes de estas cosas. Losada es periodista, fue miembro del consejo de administración de Tele Madrid y ha colaborado con Libertad Digital.
En Euskadi, repite como candidato Íñigo Urkullu. Arnaldo Otegi había sido presentado como candidato de Bildu, pero debido a que la inhabilitación por sentencia judicial expira en 2021, se ha prohibido su participación por la Junta Electoral y el Tribunal Supremo. De la manera más injustificable como previsible, el ámbito de Podemos, IU y su prensa afín (El Diario y Público) se han unido para exigir que este impresentable se salte una sentencia judicial. No contentos con llamarlo preso político, obvian que ya ha cumplido con su pena de cárcel pero aún le resta cumplir esa inhabilitación por reconstruir la ilegalizada Batasuna. El brazo político de ETA. Pero claro, para ellos, como este personaje representa sus mismas ideas radicales, y según su consideración es el máximo artífice de la paz (manda romana) debe de presentarse. En fin, estamos hablando de lo que rodea a Podemos y no sorprende. Al final será Miren Larrion, que tampoco condena la violencia. En Podemos, precisamente han dado un golpe de efecto al poner a Pilar Zabala, hermana del etarra brutalmente asesinado por los GAL. En ese escena en la que Alfonso Alonso (PP) se queda mudo, creo que Zabala ganó muchos votos. Y no sólo de ex votantes de Bildu (su principal competidor no rival), sino de personas hartas de todos. Nicolás de Miguel, por último, es el candidato de Ciudadanos y tiene un discurso muy acertado, al tiempo que tiene la oportunidad de hacerse un hueco entre el nacionalismo, los desgastados PP y PSOE, el separatismo post-etarra y el populismo que se avergüenza de reconocer que quiere disgregar el Estado. Apruebo la gestión de Gorka Maneiro, del mismo modo que creo firmemente en que Nicolás será muy necesario como representante del socioliberalismo de centro.
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