Esta semana tuvo lugar la primera ronda de consultas entre S.M. el Rey Felipe VI de España y los representantes de cada uno de los grupos parlamentarios, con la excepción de los republicanos Bildu y ERC. Ni falta que hace que se presenten. También es republicana IU, pero con más sentido de Estado y de respeto y sí se presentó Alberto Garzón. Lo más importante es que una vez producidas todas esas consultas y habiéndole propuesto el Rey a Rajoy su candidatura para la investidura, éste la ha declinado. Es la primera vez en la historia de la reciente democracia española, pero en realidad lo ha hecho por dos motivos: primero, porque expresamente reconoce que no cuenta con los apoyos necesarios y sería perder el tiempo. Y segundo y no menos importante, pasa la patata caliente a Sánchez y aprovecha para acusarle de dejarse humillar.
¿Por qué? Pues porque el mesías Iglesias, aquél que su luz brilla entre sus acólitos, se atrevió este viernes tras la entrevista con el Rey a lanzar un tremendo órdago a Sánchez: exige ser Vicepresidente para poder formalizar el pacto de gobierno. No nos debería de extrañar de este individuo que se presenta a debates o a entrevistas con el Rey como si fuera un camarero de bar, en mangas remangadas de camisa. Definitivamente, Pablo Iglesias no es que haya mostrado la patita (eso ya lo hizo mucho tiempo atrás), sino que definitivamente se ha quitado la careta. No le interesa realmente un pacto de izquierdas. Desde el principio señaló a PP, PSOE y C's como los enemigos, la casta, el búnker, el régimen del 78 (Monedero dixit) y todo lo peor. Esos partidos que han conseguido 17 millones de votos.
Ahora, su única intención, es ocupar el espacio político de PSOE y C's y que el bipartidismo pase a ser entre un PP acusado de corrupción y ellos. Y en verdad, su intención de destruir al PSOE tiene dos posibles salidas: una, desde dentro. Si es que se firmara el pacto y este impresentable formara parte del gobierno. Dudo mucho que un gobierno de coalición con tantas diferencias llegue a buen puerto. Y además colmaría las iras de los barones socialistas, especialmente de los veteranos Felipe González, Alfonso Guerra y demás. Y si no lo hace, sería acusado de no haber permitido pactar a la izquierda para desalojar a Rajoy, repitiéndose elecciones y sobre todo siendo señalado por el dedo inquisidor de Pablo Iglesias. Además, el factor miedo podría originar que votantes de C's se decantaran por el PP para frenar a esta especie de marca blanca de IU sin corrupción.
En medio de todo este espectáculo circense, en Ciudadanos se impone la cordura. Por una parte, se han producido conversaciones entre Sánchez y Rivera, habiéndole llamado éste por teléfono. Coinciden en que se necesita diálogo. Pero lo que tienen claro Rivera y Girauta es que Ciudadanos no apoyará cualquier propuesta de gobierno en la que esté implicado Podemos. Por que no puede ser. No por muchos motivos: un referéndum para poner en riesgo la unidad de España sin reformas estructurales, un programa económico surrealista, una política de inmigración irresponsable, dudosas relaciones internacionales (Venezuela e Irán), una limpieza ideológica que no tiene que ver ni con la memoria histórica ni con la libertad religiosa y entre otras cosas por un ataque rastrero y sucio que se ha hecho desde todas las redes sociales contra Ciudadanos. Y ello alentado desde Podemos. NUNCA se debería no votar en contra de un gobierno participado por personajes de esta catadura moral y planteamientos de ruptura social.
La semana que viene tendrá lugar la segunda ronda de consultas, en la que esperaremos que haya alguna noticia más avanzada.
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