El pasado martes 6 de esta misma semana, una noticia (tal vez esperada) sacudía los cimientos de la indignación en las redes sociales. El Tribunal Supremo, por una ajustada votación de 15 frente a 13 de sus magistrados, ha estimado revocar la sentencia establecida por una de sus salas que entendía que el sujeto pasivo del impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados en la firma de las hipotecas debía de ser la entidad financiera. Esta polémica sentencia confirma que el obligado al pago es el cliente, como en realidad casi siempre ha sido desde que en 1993 entró en vigor mediante Real Decreto Legislativo aprobado por el Gobierno de Felipe González (PSOE).
La mayor indignación ha explotado en los círculos de la extrema izquierda populista (Podemos y sus marcas blancas) y en los independentistas. Unos, llaman a la guerra contra la Justicia y los bancos y montan una manifestación en la calle. Otros, aprovechan el tema para su pantomima separatista.
Respecto a los primeros, hay que recordar que en Aragón (porque este impuesto se halla cedido a las Comunidades Autónomas) PSOE y Podemos, a iniciativa de este último, acordaron incrementar el impuesto hasta un 50%. Son los mismos partidos que defienden el mantenimiento del Impuesto de Sucesiones, otro importante robo a la clase media. Y es que a ellos realmente no les importa un pito los hipotecados.
Respecto a los segundos, como Gabriel Rufián, hasta tienen el suficiente rostro de cemento como para aseverar que los "bancos están por encima de la Ley". No, chato. No pueden estar por encima de la Ley cuando ésta dice lo mismo desde hace 25 años. Pero siempre tendrás a tu manada que retuiteará tus mentiras y comparaciones absurdas.
Y ahora es cuando el PSOE, el mismo partido que estableció este impuesto hace 25 años y por el que nadie se ha quejado (de ninguna ideología), decide reaccionar en caliente y contaminado por los impulsos populistas de sus siniestros socios. Al igual que sucede con el SMI. Ahora es cuando Sánchez se erige como salvador del pueblo al anunciar un Real Decreto-Ley para modificar el impuesto y obligar a los bancos a pagar ese impuesto. Así de listo es nuestro presidente por accidente, en lugar de eliminarlo sin más y que no lo pague nadie. Porque convirtiendo a las entidades financieras en sujetos pasivos de ese impuesto lo único que van a conseguir es que se incrementen las comisiones bancarias que... pagaremos nosotros, como clientes. Pero es lo que tiene que la izquierda española demuestre no tener ni pajolera idea de economía, sólo de aplicar discursos cuñadiles y vacíos de contenido.
Otra "polémica" judicial que ha salido esta semana pero sin la misma repercusión es la relativa a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre Arnaldo Otegi, que estima que "no tuvo un juicio justo". Nuevamente, ha sido utilizado por Podemos y separatistas para atacar a las instituciones del Estado. En lo que no se atreven a mencionar es que la causa no se fundamenta en la propia sentencia, ni en el funcionamiento democrático de la Justicia ni en la culpabilidad del condenado. Se trata de una recusación de la presidenta del tribunal que no fue estimada. El TEDH entendió que, tras no contestar a una pregunta relativa a si condenaba al terrorismo etarra, responder que "ya sabía yo que no iba a responder" era SUFICIENTE para recusar a la jueza. Juzguen ustedes mismos.
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