miércoles, 14 de noviembre de 2018

La censura neocomunista y totalitaria de las redes sociales

Desde hace algún tiempo y especialmente en las últimas semanas, se ha incrementado el número de cuentas suspendidas, bloqueadas e incluso eliminadas de las redes sociales (Facebook y Twitter). Sin embargo, no nos vayamos a pensar que son de todas las familias. Todas tienen algo en común y es que o bien son cuentas liberales o bien de derechas y molestan a Podemos, a la extrema izquierda y en definitiva a los censores de lo que entienden "políticamente incorrecto". Todo ello se orquesta a través de una organización sincrónica apabullante y con la excusa de que "incita al odio". Pues no, realmente los que incitan al odio son esas manadas de trolls con demasiado tiempo libre.

Se sospecha y mucho de la red social Telegram como caverna desde la cual estos totalitarios reciben las órdenes de reportar en masa a una cuenta determinada. Es más, incluso se apunta el nombre del portavoz de Facua Rubén Sánchez como el administrador e instigador de muchos de esos grupos. Al parecer, tanto Twitter como Facebook tienen unos algoritmos por los que se castigan a las cuentas cuando acumulan un montón de denuncias en poco tiempo. Y todo ello sin revisar nada, sin entrar a valor ni el contexto ni cualquier detalle. Mintiendo descaradamente cuando responden a denuncias que tú solitariamente has enviado.

¿Cuáles son las damnificadas? A Willy Tolerdo (Facebook) se la han bloqueado varias veces. De momento sigue activa. Pero la más numerosa de todas Anti-Podemos (FB) llegó a ser eliminada, luego volvió a aparecer y los administradores no escriben desde agosto. Posiblemente hayan sido bloqueados. También fue eliminada Hasta los cojones de Podemos (FB), luego abrirían otra cuenta y esa nueva fue rebautizada con el nombre anterior. En Twitter recuerdo la eliminación de Verdades que ofenden, de Pepelu Saliquet, que terminó abriendo otra con su nombre y con el candado para evitar a los trolls.

Los casos más recientes son Alvise Pérez y El Libre pensador, eliminado y suspendido respectivamente en Facebook y una masacre en Twitter: Absolutexe, LosantosPosts, Caso Aislado, Godivaciones y Pío Moa. Especialmente particular es el caso del primero, que lo último que hizo fue difundir una información sobre los trapicheos y chanchullos de la financiación y subvenciones de Facua. ¿Alguna duda del sospechoso que he mencionado? El amigo de los mismos que propagaron el bulo de financiación ilegal de Ciudadanos y la verdad sobre lo suyo les molesta. Pero luego tienen la cara muy dura de publicar comunicados de este tipo. El caso de Godivaciones se refiere específicamente a las críticas al "nuevo feminismo", que parece que no admite que se le tosa al publicar un inocente tweet en el que señalaba que no iba a hacer huelga. Pues bien, cuenta suspendida. También lo fueron y durante siete días la cuenta del periodista Hermann Tertsch y  durante un mes la de Toño Córcoles Vázquez, camionero y camarero conocido por subir videos "políticamente incorrectos". En su momento también le pasó a la periodista Cristina Seguí y al concejal del PP de Madrid Percival Manglano y otros anónimos pero grandes cuentas como El aguijón, Dexamina ó Bella indómita.

¿Cómo se puede bloquear o castigar una cuenta y que sea efectivo? Denunciar por spam o por ser "poco respetuoso u ofensivo" no sirve para nada. Las categorías clave son suplantar a una tercera persona ya sea física o jurídica (como cuentas fakes de Ciudadanos administradas por separatistas), difundir información privada de alguien (como también señalan algunos al más puro estilo nazi) y muy especialmente el acoso selectivo (o amenazas de daño físico) y la incitación al odio. Del acoso, podemos marcar los tweets más brutos en los que responda a una ó varias personas con un máximo de cinco. También se puede especificar si acosa a un tercero o a tí, pero este último casi nunca me ha funcionado. La última categoría es la más fuerte y se acrecienta si afecta a una categoría protegida. Y mucha atención aquí, porque es donde básicamente han caído muchos: raza, religión, género, orientación sexual y discapacidad.

Se reportan tweets simplemente por opinar o incluso sólo referenciar datos que afecten a delitos cometidos por inmigrantes. En ninguno de esos casos se insta a la violencia o amenazas contra ellos, pero se nota que lo considerado políticamente incorrecto duele. También se han suspendido cuentas por usar las palabras "subnormal" y "maricón", incluso escritas hace un montón de tiempo y por incitación al odio relativa a categoría protegida de discapacidad y orientación sexual. Del mismo modo, el simple hecho de escribir "morirse", "matar" o "morir", ha servido hasta para bloquear perfiles privados de Facebook por "contemplar las autolesiones o el suicidio", otra modalidad de reporte existente también en Twitter. También los tiempos verbales "mato" y "mataré" se han tratado como amenazas sin entrar a valorar el contexto. Pues bien, tampoco estaría mal que denunciáramos los tweets de estos ciberactivistas en los que usen esas palabras. Y lo que es más, denunciar todos aquellos en los que ofenden los sentimientos religiosos de manera flagrante y expresan su odio furibundo a España. Porque también entran dentro de las categorías protegidas. Pero claro, se ha dado el caso de que cierren y eliminen para siempre cuentas como Soy Naranjito respondan llamando "paleto" a alguien que previamente ya le había llamado paleto. ¿Qué demonios está pasando? Es la dictadura de las redes sociales, que no es sino de extrema izquierda.

Así que por nuestra parte creo que no hay que rendirse. No sólo buscar algunos espacios alternativos, sino también responderles con sus mismas artes. Denunciar a todas las cuentas cuyos tweets encajen en esas categorías mencionadas y que poco a poco vayan probando de su propia medicina. Y no son pocas las cuentas de ellos que incitan al odio y tratan de destruir la libertad de expresión que ellos mismos defienden y amparan para lo que no les tosa. Pues bien, imaginen qué pasaría si su brazo político Podemos terminase gobernando España. A mí me daría miedo. Porque sus acólitos ya lo dan.

viernes, 9 de noviembre de 2018

La hipocresía y demagogia sobre el impuesto de las hipotecas

El pasado martes 6 de esta misma semana, una noticia (tal vez esperada) sacudía los cimientos de la indignación en las redes sociales. El Tribunal Supremo, por una ajustada votación de 15 frente a 13 de sus magistrados, ha estimado revocar la sentencia establecida por una de sus salas que entendía que el sujeto pasivo del impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados en la firma de las hipotecas debía de ser la entidad financiera. Esta polémica sentencia confirma que el obligado al pago es el cliente, como en realidad casi siempre ha sido desde que en 1993 entró en vigor mediante Real Decreto Legislativo aprobado por el Gobierno de Felipe González (PSOE).

La mayor indignación ha explotado en los círculos de la extrema izquierda populista (Podemos y sus marcas blancas) y en los independentistas. Unos, llaman a la guerra contra la Justicia y los bancos y montan una manifestación en la calle. Otros, aprovechan el tema para su pantomima separatista. 

Respecto a los primeros, hay que recordar que en Aragón (porque este impuesto se halla cedido a las Comunidades Autónomas) PSOE y Podemos, a iniciativa de este último, acordaron incrementar el impuesto hasta un 50%. Son los mismos partidos que defienden el mantenimiento del Impuesto de Sucesiones, otro importante robo a la clase media. Y es que a ellos realmente no les importa un pito los hipotecados.

Respecto a los segundos, como Gabriel Rufián, hasta tienen el suficiente rostro de cemento como para aseverar que los "bancos están por encima de la Ley". No, chato. No pueden estar por encima de la Ley cuando ésta dice lo mismo desde hace 25 años. Pero siempre tendrás a tu manada que retuiteará tus mentiras y comparaciones absurdas.

Y ahora es cuando el PSOE, el mismo partido que estableció este impuesto hace 25 años y por el que nadie se ha quejado (de ninguna ideología), decide reaccionar en caliente y contaminado por los impulsos populistas de sus siniestros socios. Al igual que sucede con el SMI. Ahora es cuando Sánchez se erige como salvador del pueblo al anunciar un Real Decreto-Ley para modificar el impuesto y obligar a los bancos a pagar ese impuesto. Así de listo es nuestro presidente por accidente, en lugar de eliminarlo sin más y que no lo pague nadie. Porque convirtiendo a las entidades financieras en sujetos pasivos de ese impuesto lo único que van a conseguir es que se incrementen las comisiones bancarias que... pagaremos nosotros, como clientes. Pero es lo que tiene que la izquierda española demuestre no tener ni pajolera idea de economía, sólo de aplicar discursos cuñadiles y vacíos de contenido.

Otra "polémica" judicial que ha salido esta semana pero sin la misma repercusión es la relativa a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre Arnaldo Otegi, que estima que "no tuvo un juicio justo". Nuevamente, ha sido utilizado por Podemos y separatistas para atacar a las instituciones del Estado. En lo que no se atreven a mencionar es que la causa no se fundamenta en la propia sentencia, ni en el funcionamiento democrático de la Justicia ni en la culpabilidad del condenado. Se trata de una recusación de la presidenta del tribunal que no fue estimada. El TEDH entendió que, tras no contestar a una pregunta relativa a si condenaba al terrorismo etarra, responder que "ya sabía yo que no iba a responder" era SUFICIENTE para recusar a la jueza. Juzguen ustedes mismos.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Ni en Alsasua ni en el resto de España nos vais a callar

El pasado domingo 4 de noviembre, la plataforma España Ciudadana celebró un acto en Alsasua (Navarra). La misma localidad en la que dos Guardias Civiles y sus respectivas parejas recibieron una paliza en un bar por parte de una manada proetarra. Y en la misma provincia en la que han suprimido las competencias de tráfico a la GC en beneficio de la Policía Foral, gobernada por Bildu-Podemos. La plataforma entendió que era un lugar adecuado por esos motivos, porque no hay que pedir permiso a ningún separatista ni proetarra para participar.

Pues bien, la merma de siempre ha etiquetado este pacífico acto como "provocador" y de "incitación a la violencia". Pero lo más sorprendente (o no debería) ha sido la actitud del PSOE de ponerse de lado de los detractores. Un escenario al que acudieron tanto centenares de españoles navarros como de batasunos que pretendieron reventar el acto insultando, amenazando e incluso tirando piedras. Entre ellos se encontraba el etarra Josu Zabarte, conocido como el carnicero de Mondragón y que fue responsable de la muerte de 17 personas. En una entrevista, tuvo el valor de declarar que el no había matado a nadie sino "ejecutado". Pues bien, ese era el personajazo al que indirectamente protegían podemitas, separatistas... y el partido del gobierno de España. Y lo que es más, en su RTVE han aprovechado para redireccionar la atención en las protestas de los batasunos. Sí, como leen. Ese es el nuevo ente público de Rosa Mateo.

Nunca, en ningún contexto, la víctima puede ser culpable de una agresión sino quien la comete. ¿Se diría lo mismo en casos de violencia machista, homófoba o racista? 

Circunstancias y reacciones tan bochornosas como las del pasado fin de semana justifican no ya la convocatoria, sino la llamada al sentido común. Los que amenazan con destruir la convivencia social, si es que no lo han conseguido ya, son los que apoyan directa o indirectamente concentraciones para coartar la libertad de expresión y de reunión pacífica, los que acosan en las redes sociales y organizan movimientos para denunciar y cerrar sin motivo cuentas que opinan de forma contraria, los que señalan al disidente como hacen ciertos círculos independentistas y los que en definitiva orquestan cazas de brujas autojustificándose en una superioridad moral que tan sólo evidencia su bajeza humana.

Respecto a la polémica de Dani Mateo y la bandera de España, personalmente no me hizo ninguna gracia su gag. Sin embargo, creo que el asunto se ha ido de madre y se corre el peligro de convertirlo en un mártir. Asegura su pareja que ha recibido algunas amenazas. Insisto, no me gusta nada el estilo de humor de Dani Mateo, pero las críticas no deberían ir más allá. No le demos más munición a los que sólo defienden la libertad de expresión destructiva para los símbolos que detestan. Porque ahí es cuando se les ve el plumero. Respecto a las empresas que se han retirado de su publicidad, pienso que han ejercido la misma libertad que a la que ha recurrido Dani Mateo y que no hay ningún derecho a la pataleta (como ha lloriqueado Alberto Garzón). Un presentador al que, por cierto, se le "cayó" un twitt en el que indirectamente echaba la culpa a los guionistas.