El miércoles de esta semana fue el día de la fiesta nacional de la Hispanidad y, como era de esperar, ciertos políticos dieron la nota con la intención fundamental de llamar la atención. Una vez más se repite el mantra de que no se debería celebrar esta fiesta porque conmemoraría un genocidio, que si es franquista y demás estupideces congénitas. Sobre lo primero, verdaderamente resulta absurdo hablar de genocidio tratándose del siglo XV, cuando es un concepto que realmente surgió en el XIX y XX con esperpentos como el de los nazis y los jemeres rojos de los comunistas. Eso sí eran realmente genocidios. Evidentemente, nadie va a pensar que la conquista de América no trajo sangre y muertes. Por supuesto que las hubo. Al igual que en su momento hicieron los romanos, los visigodos y los árabes en España. Pero claro, esos se ve que lo hicieron con rosas. Convendría leer este artículo para estar un poquito más informado. Y respecto a que sea franquista, en época de Franco ese día era conocido como el de "la raza", pero cambió su nombre con la democracia. Ese día se conmemora el descubrimiento de América por España y al mundo occidental. Por supuesto que América ya existía, pero estaba desconectada del resto del planeta.
El señor Pablo Iglesias no quiso acudir ni a los premios Princesa de Asturias ni tampoco al desfile de las Fuerzas Armadas. Recurrió al peregrino argumento de que no le gustaba acudir a sitios de canapé. Pero claro, luego bien que va a la gala de los Goya con traje y corbata mientras que no le da la real gana (y nunca mejor dicho) de llevarlo para ver a su Majestad o entrevistarse con el presidente en funciones. Pero la última barrabasada ha sido proponer que el 15 de mayo sea la nueva fiesta nacional. Qué cachondo. Justo el día en que comenzó a fraguarse la masa social que hoy día en su 90% apoya a muerte a su partido y a sus marcas blancas. Por mucho que tengan sus simpatías en Venezuela o en el modelo fracasado de Grecia. Ya de paso podría proponer el día de su cumpleaños... aunque sus otras opciones tampoco tenían desperdicio. El 2 de mayo, por el levantamiento del pueblo de Madrid, es evidente que sólo atañe a la ciudad o como mucho a la Comunidad. Pero no a toda España y ya es festivo allí. Y el tercero es el que más guasa tiene, que es declarar fiesta nacional el 14 de abril por ser aniversario de la proclamación de la II República. En un Estado monárquico. Esa época de la que ellos hablan maravillas y esconden lo que les interesa.
Pero las tonterías no acaban ahí. Los Ayuntamientos gobernados por ERC y CUP protagonizaron la pantomima de abrir el día de la fiesta. No podían hacer trámites administrativos, pero abrieron sus puertas varios concejales para atender a la gente ahí dentro y resolver simples consultas. No sin antes romper en pedazos un auto del juez que, en Badalona, prohibió que durante ese día fuese laborable. Un desafío a la justicia manifestado en una ridícula bravuconada. Todavía dirán que el castigo a estas cosas crea independentistas, cuando realmente es la IMPUNIDAD de estas acciones la que los multiplica. Igualmente, están los iluminados que dicen que si abre el Corte Inglés por qué no van a hacerlo los Ayuntamientos. Habría que explicar a esta gente (que como siempre es de Podemos) que no tiene nada que ver una empresa privada con la Administración Pública. Que esto simplemente responde a un plante de gente a la que se le llena la boca de democracia cuando realmente sólo acepta la suya. Y si no, hay que recordar los múltiples insultos a Pérez Andujar por un bello discurso con motivo del día de la Merced centrado en la cultura y sin gota de independentismo. Eso ya quedó en manos de la locura del impresentable de Toni Àlba.
Ninguno de estos personajes tiene conocimiento de la historia de España, sino en todo caso una versión propia con la que engañar a sus acólitos. Viva España siempre. Y viva Felipe VI mal que les pese.
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