Ayer miércoles, el ex Presidente del Gobierno Felipe González y el director y fundador de El País José Luis Cebrián iban a dar por la mañana una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid. Y digo "iban" porque la misma fue reventada y suspendida por la fuerza por una manada de 200 cobardes totalitarios que no admiten que personas no afines a sus antidemocráticos presupuestos den charlas en las universidades. Al igual que aquél famoso escrache a Rosa Díez en la Universidad Complutense donde participó el mismísimo Pablo Iglesias. Ayer, ese ejército enfurecido de encapuchados descargó su violencia física y verbal acusándole al ex Presidente del caso de los GAL. Sí, eso que sucedió hace más de 25 años y cuyos responsables fueron encarcelados. Pero que fue rescatado por Iglesias en marzo del presente año para dinamitar cualquier posibilidad de acuerdo de investidura. Pero lo peor no era ya eso, sino que esos pedazos de animales reclaman ahora justicia para los etarras asesinados cuando jamás lo han hecho por el tiro en la nuca o la bomba lapa de los asesinos. Es la doble moral de la gentuza, que por si fuera poco es defendida por Podemos.
Así lo han demostrado estos populistas disfrazados de democráticos, que han preferido refugiarse en la extrema izquierda y seguir lobotomizando al electorado con su característico lenguaje de "ellos y nosotros". Por una parte, Iglesias desvía la atención con el problema de los centros de internamiento para extranjeros. No son centros penales propiamente dichos, sino que en ellos son recluidos inmigrantes en proceso de expulsión por algún motivo y de ahí que sea transitorio. Es decir, provisional a la espera de la resolución del expediente en lugar de crear un peligro o bien echarlos sin más. Es posible que haya que reflexionar sobre los derechos y libertades de estas personas internas. Pero no veo apropiado que los cierren. Es más, forma parte del acuerdo Schengen con la Unión Europea por lo que no es capricho del gobierno español. Lo que está detrás de esto es que Podemos prefiere que la inmigración ilegal campe a sus anchas, como si fuéramos una ONG multimillonaria que abastece a todo el mundo. En fin, de esta guisa la liaron en el pleno del Congreso.
En lo que se refiere estrictamente a lo que sucedió ayer, Iglesias calificó la acción de ayer como de "protesta estudiantil" mientras que Bescansa recordó la desfachatez de los batasunos al declarar en Twitter que "lamenta" lo sucedido. Pero que Felipe González se lo había buscado. En fin, querrán autoprotegerse, pero es evidente que la acción de ayer se conecta totalmente con la intención de un sector del PSOE de abstenerse en la investidura de Rajoy. Pero no para que gobierne el PP sin más, como pensaría cualquier "cuñao" de esta extrema izquierda. Sino para hacer una buena oposición constructiva, desgastarlo y esperar una próxima ocasión de recuperar fuerza en lugar de perderla con la asociación de un partido que NO es de centro izquierda. Sino que representa la exportación del populismo latinoamericano en España. Más allá incluso que el griego que como sabemos ha fracasado rotundamente. Pero también, por supuesto, está la nueva línea editorial de El País bastante contraria a Podemos y que en algunas ocasiones incluso ha hablado bien de Ciudadanos. El gran enemigo de esta formación por su carácter de alternativa al bipartidismo clásico. Aunque hay algo que va más allá y tiene que ver con la persona. Felipe González fue el primero que habló de abstenerse y Cebrián fue acusado por El Diario de estar en los papeles de Panamá. El resultado fue el cese de Ignacio Escolar (uno de los periodistas fetiche de los podemitas junto con Jesús Cintora) como colaborador de la Cadena Ser. Así que ambos representaban blancos muy odiados.
Y una última pregunta. Ya que los tipejos que entraron ayer exigieron que "asesinos fuera de la Universidad". ¿Van a exhortar lo mismo cuando venga Otegi? Tremendos caraduras...
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