Ayer, el PP y Ciudadanos hicieron público el acuerdo definitivo para la constitución de un gobierno alternativo en Andalucía después de 40 años de socialismo que degeneró en paro, corrupción y pobreza galopantes. De forma paralela, el PP ha acordado algunos aspectos con Vox, dado que Juan Marín y el partido C's, con muy buen criterio, se negaron tanto a negociar con los populistas de derechas como a permitir que formasen parte del Gobierno autonómico en alguna Consejería. Y es que, que nadie se lleve a engaño. El partido naranja está tan lejos de Podemos como de Vox, puesto que representan las dos caras extremas del populismo. Aquí pueden consultarse las medidas pactadas entre PP y Ciudadanos y aquí las que han pactado exclusivamente PP y Vox.
Durante estas semanas, los conservadores amigos de Le Pen y la ultraderecha europea, se han dedicado a amenazar y torpedear el cambio en Andalucía exigiendo la aplicación de sus polémicas cuando no absurdas medidas. Eliminar subvenciones y ayudas a asociaciones feministas sin ánimo de lucro y a la igualdad de género, cambiar la fiesta de Andalucía al 2 de enero por la toma de Granada (Reconquista de Al Ándalus), expulsar a los 52.000 inmigrantes ilegales que (dicen ellos, sin fuentes ni nada) existen en Andalucía y otra serie de disparates. Y todo eso con 12 escaños, aunque parece que se creen con mayoría absoluta por sí mismos.
La prensa "progre" como El Diario, Público y sobre todo El Plural, se han dedicado a dar por hecho un acuerdo a tres bandas para gobernar por igual desde el primer momento. Cuando eso es falso por completo, dado que Ciudadanos rechazaba pactar con Vox más allá de procurar que estuviesen en la mesa del Parlamento Andaluz (por simple normalidad democrática) y además ninguna Consejería estará en manos conservadoras. Desde el minuto cero, han ansiado la foto y han polarizado tanto la situación que han pretendido vender que iba a gobernar la extrema derecha. Vamos a ver, para estos "opinadores", aún sin la existencia de Vox seguirán con el mismo discurso de radicalización.
Ahora parece que Susana Díaz es buena, que no pretendió hundir al actual Presidente del Gobierno, que no es de derechas, que no hizo tan mal Juan Marín al pactar con el partido de los ERE... Pues no. Al PSOE-A se le dió una oportunidad y la ha pisoteado durante cuatro años. Y ahora es cuando reclaman que gobierne la lista más votada cuando todavía queda caliente la Moción de Censura que desalojó a Rajoy y permitió el desembarco del PSOE. Además, parece que no pasa nada por sumar votos para gobernar con los populistas de Podemos, todos los independentistas (incluidos los golpistas) y hasta los amigos de los etarras. Pero el problema es que sea con los votos de Vox, aunque se hayan marcado distancias desde el primer minuto.
Lo que ha quedado completamente claro es que PSOE y sobre todo Podemos van a aprovechar la irrupción de Vox para martillear con "el tripartito" y meter en un mismo saco a los tres partidos que van a investir a Juan Moreno como Presidente de la Junta de Andalucía. Por si no hubiesen etiquetado hasta la saciedad a PP y sobre todo a Ciudadanos (quien más votos le disputa) como de extrema derecha. Es lo único que les queda para tratar de recuperar el voto perdido y enviado a la abstención. Y, ¿a quién nos recuerda esta estrategia? Pues al Partido Popular de Mariano Rajoy que gracias a la repetición de elecciones favorecida por Podemos pudo recuperarse. "O nosotros o la extrema izquierda" fue su lema de campaña. Además, se avecina un 8 de marzo en el que Podemos (y en la persona de Irene Montero) tratará de autoasignarse en exclusiva la defensa del feminismo.
Frente a ese tipo de tonterías enormes, Ciudadanos se presenta como el auténtico centro en un escenario en el que parecen estabilizados cinco partidos. Andalucía debe marcar el camino y mientras que el PP comienza a voxizarse y el PSOE sigue podemizándose, más espacio habrá para que Ciudadanos capte el voto del ciudadano moderado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar desde el respeto