La gran polémica de la semana, al margen de la ruptura del pacto PP-C's (al que le dedicaré un post la semana que viene), ha sido la de la puesta en circulación de un autobús por parte de la organización ultracatólica (que no católica a secas) denominada HazteOír y presidida por Ignacio Arsuaga. El motivo: el establecimiento de un mensaje que rezaba: "los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, seguirás siéndolo". Este lema es la culminación de una campaña contra las leyes que protegen no ya la facultad de cambiar de sexo de forma voluntaria, sino muy especialmente respetar al que expresa una identidad que no coincide con su biología. Para esta organización, la denominada "ideología de género" es el enemigo e incluso ha autoeditado un libro contra la misma, que quiere que lo lea todo el país.
Este asunto es más complejo de lo que parece. Así que vayamos por partes. El autobús fue inmovilizado en Madrid por la policía debido a su incumplimiento de la normativa de publicidad (ordenanzas). Aunque los medios de comunicación reportaron la noticia como consecuencia de "incitar al odio". Igualmente, en las redes sociales se repitió mucho esta calificación. Fue denunciado por la fiscalía pero el juez no ha estimado que realmente incitara a ello, si bien mantenía la inmovilización por lesionar la dignidad en aplicación del artículo 14 de la CE de 1978. La solución tomada por HazteOir ha sido sacar otro autobús con otro lema: "Los niños tienen pene? las niñas tienen vulva?" De forma que esconde sus intenciones.
Personalmente estoy de acuerdo con la decisión tomada por el juez. Ese mensaje atenta contra la dignidad de los transexuales y de los menores de edad que sientan otra identidad de género, con lo que vulnera las leyes. Pero tampoco lanza ningún mensaje de violencia ni de desprecio remarcado. En cambio, sí que he podido leer una violencia verbal alucinante troleando todas las cuentas en redes sociales de HazteOir: Facebook, Twitter e incluso Instagram, donde no postean desde hace meses. Con mensajes deseando la muerte. Y además aderezado con una cristianofobia galopante, generalizando demasiado. No comparto para nada esa reacción. Y a mí como católico me ofende el desprestigio e insulto a la fe tanto negando la libertad individual de género como atacando a la religión y a sus creyentes.
Y es que coartar la libertad de expresión de los señores del autobús tampoco era lo mas adecuado. No hay más que reseñar las declaraciones de César Strawberry, condenado por unos tweets y que al menos ha sido coherente manifestando su incomprensión por detener un autobús por una leyenda. Lo que había que hacer era contrarrestar con información y de manera constructiva. Como ha hecho el programa del Intermedio con un autobús alternativo. Porque, tal y como se ha desarrollado la reacción social, se le ha dado demasiada publicidad a un autobús que transmite un mensaje de fondo absolutamente descompasado con la realidad social y avances del siglo XXI. Que, sin embargo, tienen el mismo derecho de manifestarse. Pero la violencia, como siempre, nunca es la respuesta.
Esta asociación fue declarada de utilidad pública por el Gobierno del PP en el año 2012, de manera que no sólo pueden acceder a subvenciones públicos, sino que tienen exención de IBI y las donaciones particulares emitidas en favor de la misma desgravan en la declaración del IRPF. Yo no he aportado ni un duro jamás, pero he de reconocer que he firmado en varias campañas suyas que sí me han parecido importantes de apoyar. Como exigiendo la libertad y no condena a muerte de Asia Bibí, respeto ante la blasfemias contra la religión católica y contra el separatismo. Pero JAMÁS de los jamases, NUNCA ha constado ni constará mi firma en ninguna de sus campañas homófobas y contra el derecho a la transexualidad.
Y es que en estos días, los de siempre han aprovechado para echar dianas de la manera más rastrera posible imputando de transfobia a políticos contrarios a IU y su marca blanca Podemos. Como el amigo GerardoTC de la Tuerka, mano derecha de Pablo Iglesias en sus inicios. O el community manager de IU. Recordando que cargos del PP y un concejal del Ayuntamiento de Madrid participaron en actos y un debate respectivamente. Por esa regla de tres, Pablo Iglesias tendría que ver algo con Intereconomía o las Erriko tabernas, por haber estado allí antes de lanzarse a la política. El hecho de participar en esos escenarios NO QUIERE DECIR que comulgues con todo lo que dicen y ni tan siquiera con algo. Simplemente vas porque quieres aportar algo. Y las comparaciones con la Fundación Franco o el Ku-kux-klan son absolutamente bochornosas. NADIE criticó aquéllas asistencias y ahora de la manera más mezquina y oportunista se echan en cara para desprestigiar.
Es más, HazteOir no ha recibido respaldo de prácticamente ningún partido, de izquierda a a derecha. Hasta Antonio Hernando (PP) ha calificado de "disparate" la campaña del autobús. Sólo el minoritario VOX, que suma menos votos que el partido animalista se sitúa a favor. Pero el caso es que esta organización se sitúa ahora mismo en un auténtico callejón sin salida y del que es muy difícil salir, en tanto que gran parte de la sociedad y la política le va a dar definitivamente la espalda. En un mundo en el que existen todavía males como el bullying, uno de los motivos es la intolerancia hacia el diferente. Y una persona, por mucho que tenga pene o vagina, puede ser que su orientación e identidad sexual no casen con lo habitual a lo que estamos acostumbrados (que no normal, porque nunca, nunca es anormal ser homosexual o transexual). Porque nuestro cerebro nunca funciona miméticamente con la biología, de igual modo que no se reproducen las mismas inclinaciones. Y es absolutamente esencial admitir y respetar la libertad individual e integrar a esas personas en la sociedad con los mismos derechos y bienestar que todos. Sin que tengan que sufrir el desprecio de los intolerantes. Que, sin embargo, tienen el derecho a retratarse.
#STOPLGTFOBIA