viernes, 2 de mayo de 2025

Apagón eléctrico en España e irresponsabilidad pública

Este lunes asistimos a un escenario inesperado que fue el apagón por corte del suministro de electricidad en toda la península ibérica afectando a España, Portugal, parte de Francia e incluso Italia y Alemania. Pero especialmente fue acusado en España a partir de aproximadamente las 12:30 y sin que pudiera ser reestablecido el servicio en su totalidad hasta el día siguiente. Afectó, obviamente, no sólo a las conexiones de luz sino también a la telefonía fija, la móvil, Internet y lo que es mucho peor, a los transportes. Especialmente se vieron afectados los pasajeros de los trenes y en los aeropuertos, sin perder de lado a los que tuvieron la mala suerte de quedarse encerrados en el ascensor.

En mi caso personal, tuve la suerte de que en mi trabajo se conectasen los generadores y pudiera tanto informarme de que lo que estaba pasando no era precisamente algo circunstancial y sucedido en mi edificio como contactar con mi madre por teléfono. Sin embargo, a las 15:00 se cortó todo y nos marchamos siendo imposible trabajar. A partir de ese momento, había que estar pendiente de la información por cauces oficiales, pero también de los expertos que nos comunicasen y explicasen qué es lo que podría haber pasado a los que no lo somos.

En lo que todos coinciden es en que la infraestructura actual del mercado eléctrico habría favorecido el caldo de cultivo para lo sucedido el otro día. El funcionamiento del servicio eléctrico depende de que se ajuste la producción eléctrica (oferta) al consumo (demanda) y por lo general este último, aunque durante el día y las estaciones es cambiante, sí que es muy predecible y estable. Sin embargo, pueden suceder problemas inesperados como la fuerte disminución del consumo en un momento muy corto. En ese momento, para evitar el colapso, el sistema debe de autoregularse y disminuir la oferta. Ahora bien, las distintas energías no responden igual. Mientras que las energías clásicas no renovables (hidroeléctricas, carbón, gas y nucleares) cuentan con unas turbinas y un sistema que les permite dotar de inercia al sistema para poder balancearse y corregir las oscilaciones eventuales, en el caso de las renovables (fotovoltaicas y eólicas) no sucede así y además están expuestas a los cambios climatológicos. La única posibilidad de que estas sean capaces de responder mejor es mediante la inversión de tecnologías asintóticas.

Pues bien, el sistema español, en lugar de mantener un mix energético presenta una importante desproporción de energías renovables por delante de las renovables. Y no es casualidad que haya sucedido todo un lunes 28 de mayo a las 12:31 de la mañana, en un momento en que el Sol extendía sus rayos con todo su esplendor, funcionando a todo tren las energías fotovoltaicas y apagándose dos centrales nucleares por seguridad. Algo sucedió que disminuyó el consumo en 16 Gigavatios cargándose nada menos que el 60%, siendo las fotovoltaicas las que se desconectaron y en definitiva el sistema fue incapaz de responder. No se descarta que pudiera ser un ciberataque, pero como no existen pruebas que apunten a ello sería hablar por hablar. Pero como he mencionado ya, lo relevante es la respuesta que el sistema pueda dar y eso se puede conocer mucho antes que el origen del problema (si es que realmente interesa darlo a conocer).

Ante esto y mientras que el Gobierno de Portugal compareció varias veces por la mañana, Pedro Sánchez sólo intervino en dos ocasiones. Una por la tarde y otra por la noche para sencillamente confirmar lo que ya sabíamos todos, pero también para apuntar con el dedo acusador a los "operadores privados" a los que mencionó 15 veces y específicamente a las nucleares, precisamente las que gracias a sus generadores eléctricos han favorecido el funcionamiento de algunas empresas. El Presidente se dedicó una vez más a mentir, preocupado más por borrar cualquier posible sombra de responsabilidad o de culpabilidad del Ejecutivo y de la Administración General del Estado. Para empezar, la ayuda de Marruecos y Francia fue una solución de urgencia y precisamente gracias a sus nucleares.

Además, la entidad REDEIA que etiqueta como operador privado, a pesar de que sobre el papel y la Ley se constituye y opera como una empresa privada, es más bien de economía mixta y lo más relevante es que su socio mayoritario en el accionariado es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Una entidad pública que puso en la dirección a la socialista y ex ministra Beatriz Corredor y cuenta con varios consejeros que igualmente están vinculados al PSOE. Así que en la práctica REDEIA es una empresa controlada por el Gobierno y por tanto, de dirección pública y sometida al dictado socialista. Pero hay una sorpresa y es el contenido de su memoria anual presentada hace escasos dos meses en la que se reconoce el peligro eventual de la desproporción de las renovables y que ha sido ninguneada por la mismísma Beatriz Corredor tachándola de ser un informe "político" y no "técnico". Probablemente porque no fuese elaborado por los expertos "independientes" de los que ustedes se rodean como por ejemplo Antonio Turiel que confirmando lo expuesto mas arriba pero cargando contra las malvadas y pérfidas eléctricas y nucleares, ¿verdad Sra. Corredor? Cuando no es sino el Gobierno el responsable tanto de la planificación como de la seguridad energética.

Y es que ese es el punto de la política para construir el relato exculpador y crear el chivo expiatorio perfecto. Estamos hablando del System Contreras, acuñado por Pedro Herrero. Son tres patas: presupuesto público, equipo de opinión sincronizada y expertos cuidadosamente seleccionados que trasmiten que lo que dicen los segundos es cierto amparándose en una falacia de autoridad que machacan los segundos y los primeros compensan a los otros dos. Esto lo fabrica con suma maestría el gobierno de Sánchez, mientras que otros como Mazón hace tiempo que fracasaron estrepitosamente y siguen aferrados a la silla sin disponer de recursos que construyan y difundan un infame relato. Un relato parecido en su forma de construirlo al del drama de la Vivienda y los malvados y pérfidos arrendadores que son reducidos al "palabro" de rentistas para acentuar su estigma. Y es que hay que reconocer que la izquierda española tiene una impresionante habilidad precisamente porque cada vez concentra más recursos. Le falta controlar el Poder Judicial, que ya está en ello y de momento se le resiste el Tribunal Supremo. Pero todo se andará. ¿O no?

También podemos abrir los ojos a los que permanecen impávidos ante la desinformación y bulos del Gobierno que aparenta luchar contra la intoxicación cuando en realidad sólo pretende imponer su relato como verdad absoluta. Y es que la desfachatez del Gobierno de Sánchez, un Gobierno sumido en sombras de corrupción, con la mitad de sus socios peleados a cuentas del rearme de Defensa y absolutamente incapaz de aprobar unos Presupuestos, necesita bombas de humo para desviar la atención.

No lo lograrán.

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