En primer lugar la AEMET avisó de la probable formación de una DANA desde el 23 de octubre recalcando el domingo 27 que existían riesgos de inundaciones entre el martes 28 y el miércoles 29. El lunes 27 se declaró alerta naranja y el martes 28 por la mañana temprano pasó a ser roja. Pues bien, las medidas de previsión hasta ese momento por parte de la Generalitat Valenciana fueron cero. Por lo que apuntar a la Agencia de Meteorología es faltar a la verdad, y más cuando Mazón, demostrando una miopía impresionante ante el problema, borró un tweet en el que afirmaba que a las 18 horas del martes ya habría remitido la tormenta. Se excusó en la AEMET, pero lo que dijo aquella era sólo que se levantaría la alerta roja, pero no por ello el peligro. Y es que lo peor vendría justo después, la tarde-noche del martes.
A las 8:23 de la mañana, el Centro de coordinación de emergencias de la GenVal activa la alerta roja comunicada por AEMET y las 15 horas no se solicitó la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias una vez que hubo constancia de personas desaparecida. Sin embargo, el aviso a los teléfonos móviles no se remitió hasta las 20:11 horas, justo el medio en la que más podrían asegurarse el conocimiento a todas las personas de la situación. Ese desfase, unido a la errónea lectura de Mazón de los comunicados de AEMET, causó sin duda un perjuicio mayor del que hubiese acontecido. La contraargumentación de esto es que el gobierno valenciano asegura que la Confederación hidrográfica del Júcar (Ministerio de Medio ambiente) desactivó una alerta de desbordamiento tres veces. Sin embargo, este organismo no es competente para comunicar alertas de emergencias y sus comunicaciones con la GenVal se establecieron por E-mail. La cuestión es que se mandó la alerta general al móvil por el riesgo de desbordamiento de una presa (aspecto más específico) cuando el desastre ya estaba siendo consumado. Así que la explicación/excusa es todavía peor que la demora y eso sí, denota también la pésima coordinación y comunicación GenVal-Confederación Hidrográfica.
También ha circulado mucha desinformación para exculpar al PP y por ejemplo que supuestamente el radar meteorológico para emergencias no funcionaba durante la alerta. Pues bien, la realidad es que a raíz de estos avisos de la AEMET se reparó. En sentido estricto, el bulo no era que no funcionaba sino que no lo hizo durante los peores días 28 y 29 de octubre. El domingo, cuando se difundió esa información sí era cierta. El lunes se procedió a repararla, pero se usó posteriormente para disculpar la mala gestión.
Otro error fue el rechazo a la ayuda de bomberos catalanes provenientes de la Generalitat, donde gobierna el PSC con Salvador Illa a la cabeza. Llegaron allí y se encontraron con la negativa. Finalmente, el viernes 1 de noviembre aceptó la ayuda, pero terminaron siendo muchos menos de los iniciales. Esta gestión retardada tiene otro ejemplo más significativo en la restricción de la circulación y el impedimento hasta ese mismo día del acceso de voluntarios. Por una parte se entiende el estrés que esto puede causar, pero francamente no entra en la cabeza que no exista mayor capacidad de planificación y organización que evite despropósitos de este tipo. Otra pifiada de declaración fue la de la consejera de Industria Nuria Montes que con una empatía cero señaló que los familiares de las víctimas tenían que quedarse en casa y no acercarse a ver a sus familiares fallecidos.
Pues bien, una vez que hemos constatado la desacertada gestión del PP autonómico, es preciso señalar también al Gobierno de España, que también ha dejado al gobierno de Mazón a los pies de los caballos. Para empezar, la hemeroteca nos recuerda que en 2015, ante los desastres de unas riadas en Navarra y La Rioja, exigía a Mariano Rajoy desde su lugar en la oposición que bajara al barro y que coordinase la respuesta ante tales desgracias. En 2019, ya como Presidente del Gobierno, su partido PSOE y su socio principal del momento Podemos votaron en contra de una proposición del PP para destinar 19 millones de euros para aumentar la capacidad de desagüe del Río Ebro, el mismo cuyo desborde provocó los desastres de cuatro años antes.
Por otra parte, el Pedro Sánchez de 2024 también olvida algo más cercano como la declaración de los estados de alarma de 2020 y especialmente en el caso de Madrid, que tuvo lugar desde el mismo puente del 12 de octubre durante quince días. Por tanto, el Gobierno podría haberse adelantado a esta situación de forma subsidiaria. Este procedimiento, en su momento, fue entendido como un artículo 155 encubierto por parte del gobierno Ayuso, pero es que en realidad la guerra política estaba más en primera plana que otra cosa. Pues bien, lo mismo ha sucedido en este caso.
Esta inacción y la contradicción con la hemeroteca conecta con la famosa frase reformulada pero que literalmente se corresponde con "si necesitan más recursos, que los pidan". Fue formulada el pasado sábado día 2 en la comparecencia en la que se anunciaba el envío de 10.000 militares. Es sonrojante que la ayuda en una catástrofe y situación de emergencia se tenga que pedir, máxime cuando la competencia para movilizar al ejército corresponde al Gobierno de España. Bienvenidos fueran, pero llegaron tarde y no cuando más se les necesitaba. Y recuerdo escuchar ayer domingo en la Primera de TVE a una mujer trabajadora, una mujer encargada de emergencias, que la en estas situaciones ayuda no se pide. Se da. Y mucho más han hecho los voluntarios.
Y aún hay más, como el rechazo desde el Ministerio del Interior a 200 bomberos que iban a viajar desde Francia a ayudar. La respuesta de Marlaska fue que "no hacia falta" simplemente porque la GenVal no lo había pedido y ni tan siquiera trasladaron la oferta a aquélla. Los medios de opinión sincronizada afirmaron que el rechazo había sido de Mazón, cuando en realidad Marlaska aprovechó que la competencia para admitir o rechazar ayuda era de Valencia para desdeñarla sin más con una respuesta lamentable. A este rechazo se le suma, por los mismo motivos, la inacción de solicitar a la Comisión Europea la activación del mecanismo europeo de protección civil. Ni tan siquiera la Unión Europea puede prestar ayuda inmediata porque ni el Gobierno de España lo solicita ni el Gobierno de la GenVal lo exige.
Con esta lamentable gestión colectiva, se explica lo siguiente:
Ayer domingo día 3 de noviembre, llegaron a Paiporta los Reyes de España, el Presidente del Gobierno Sánchez y el Presidente de la GenVal Carlos Mazón para conocer de primer mano SEIS DÍAS DESPUÉS la situación en una de las localidades más afectadas. Fueron recibidos con abucheos e insultos y también hubo conatos de agresión. Pero contrasta la huida de Pedro Sánchez (cuyo coche fue vapuleado por unos radicales) y Mazón escondiéndose en el tumulto junto al Rey Felipe con la actitud de este último y de la Reina Leticia, que recibieron una lluvia de barro. Se ofreció a hablar con la gente y tratar en la medida de lo posible de calmar los ánimos, lógicamente alterados después de tantos días sin luz, sin agua, sin comunicaciones de ningún tipo y abandonados. Así que lógico que los increparan a todos, pues demasiada paciencia estaban teniendo. Al menos el Rey comunicó más empatía y mensajes necesarios como que se mantuviesen protegidos de la desintoxicación informativa. Sin embargo, el desvergonzado Gobierno de Moncloa ha decidido criticarle por atreverse a hablar con la gente mientras el cobarde de Pedro Sánchez, que reía inicialmente ante los insultos, decidió escapar. ¿No se supone que había escolta necesaria para él? No defiendo para nada el destrozo del vehículo y condeno esa acción que podría haber ocasionado una desgracia, pero la presencia de ultras de extrema derecha no desvirtúa la indignación de la gente, máxime cuando el propio Sánchez habla de "marginales".
Así que entendamos y comprendamos el enfado de la gente con los políticos de PP y PSOE, al tiempo que tratemos de colaborar en la medida de lo posible. De ellos francamente no se puede esperar nada bueno, máxime cuando la situación política es corrupta y perversa a más no poder y en ese mismo escenario la guerra se extiende hasta donde se supone debe existir unidad y coordinación. Tal vez el ciudadano debería seguir despertando, sin llegar a la violencia pero sí a castigar en las urnas a los responsables de acrecentar este desastre. Y si no, pues que dimitan. Pero tanto la GenVal como el Gobierno de España han decidido tirar por tierra cualquier asunción de responsabilidad. Esa es la política que tenemos en España.
(fuente de la foto: ABC)
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