El Alcalde nombrado para la legislatura 2007-2011 fue el candidato del PSOE José María García Ruiz, que fue votado por los diez concejales de su grupo más el de UCPi, provocando la dimisión y retirada de la política de Pedro José Pérez Ruiz tras 12 años en el cargo. La legislatura socialista, sin embargo, no fue nada fácil ni provechosa porque estuvo llena de polémicas como el cierre de los bares de la Curva, centro neurálgico del ocio y turismo de la noche del pueblo ó las denuncias por presunta contaminación de la fábrica de asfaltos ASSA. Sin embargo, lo que partió al grupo fueron disensiones internas originadas a partir de la renovación de la junta directiva en 2008. José García quedaba fuera de la misma y se escindió el partido en dos bandos. El del Alcalde y del Francisco Molero, Secretario general local. El primero de los grupos entendió que había sido una afrenta dejar fuera al primer líder que les había llevado al poder. No hay que olvidar que llegó pocos meses antes de las elecciones y fue presentado como una persona muy popular en el pueblo por su cargo de médico y especializado en gente mayor, que como todos sabemos hace tiempo que son el estrato de edad más extendido. Pues bien, tanto Molero como los tres concejales no alineados con el Alcalde fueron relevados como tenientes de Alcalde y sustituidos por otros como represalia. Esta guerra escalaría de nivel en marzo de 2009 con la disolución de la junta directiva recién constituida y la apertura de un expediente de expulsión por el PSOE regional. Sin embargo, tres de dichos concejales no se esperaron más y pasaron a formar parte como no adscritos ese año, aunque posteriormente lo hiciera Francisco Molero.
Estas rupturas, como era de esperar, unidos a los errores políticos locales y la crisis económica con el Presidente del Gobierno Zapatero en la diana les hicieron sufrir un batacazo morrocotudo en 2011. Pasaron de diez a cinco concejales perdiendo 1.800 votos, el PP obtuvo mayoría absoluta y el socio UCPi desapareció de la Corporación.
En aquéllas elecciones y en esa legislatura 2011-2015 colaboré y formé parte de la candidatura de UPyD, de la que José Luis Ros fue único concejal tras obtener el partido 519 votos. Todos sumamos y el logro fue compartido. La legislatura no tuvo ningún tránsfuga y ya sería de más teniendo en cuenta que sólo éramos uno. La única incidencia fue la dimisión del portavoz de Democracia Pinatarense, José Antonio Albaladejo, por una condena en el año 2012 relativo a unos hechos de 2004 en que se produjo un accidente laboral de un empleado a su cargo y se le inhabilitó para cargo público. Obviamente, el ex Alcalde entre 1983-1991 cumplió con ello, dejó la silla en favor de una compañera de su partido y fui testigo del momento en que dejó el Pleno.
La siguiente legislatura 2015-2019 nos lleva al primer Ciudadanos de San Pedro. Tras una deriva autoritaria del presidente regional de UPyD y unas elecciones internas anuladas por motivos peregrinos, la gota que colmó el vaso fue cuando se nos negó presentarnos en coalición con Democracia Pinatarense. De esta manera, la única solución alternativa fue marcharnos todos antes de la campaña y constituir Ciudadanos en el pueblo prácticamente in extremis. En ese momento, ya había afiliados en el pueblo y en la lista convivíamos gente de origen muy diverso: UPyD, DPI, UCPi y los primeros Ciudadanos. El carisma de Albert Rivera nos permitió conseguir 3 concejales y 1.343 votos. Con todo, fueron poco más que los que cuatro años antes consiguió DPi, por lo que no fuimos capaces de sumar los 2.212 que eran la suma de los tres partidos del centro en 2011 y que nos hubiesen dado mínimo 6 concejales (si no más) incluyéndome a mí mismo.
La convivencia de todas estas familias ya era compleja y terminó de explotar por las fuertes discrepancias (incluso en público) entre el portavoz José Luis Ros y el número 2 Pedro Fenoll. Uno de los momentos clave fue la famosa reunión para constituir la Agrupación local en enero de 2016. La inmensa mayoría no pudimos votar al no constar como censados en dicha agrupación de San Pedro en lugar de San Javier, cosa que no tiene sentido pero al parecer fue por un error u omisión (consciente o no) de comunicación del partido. Encima de todo, el represente regional y que tiempo más tarde sería tránsfuga (Paco Álvarez) mostró en todo momento pasotismo y despreocupación. Para más inri, hubo gente que grabó en móviles todo este espectáculo e incluso algunos me aseguraron haberme visto haciendo aspavientos y muy enfadado. En fin, violación de privacidad en toda regla. Por mayoría de los pocos que podían votar salvo Pedro Fenoll, que quería postularse como coordinador local, y pocos más se decidió no constituir la Agrupación y postergarla, formalizándose en abril mientras me encontraba en Londres.
Un año después, Pedro Fenol desconecta del partido de forma escalonada dimitiendo como secretario de la Junta, desafiliándose y terminando por pasar al grupo no adscrito en abril de 2017. Había nacido nuestro primer tránsfuga, después de una serie de reuniones de la Agrupación en las que él fue el causante principal del mal rollo motivado por su frustración de no ser coordinador, sus desavenencias con el portavoz y, lo que es más, no poder manejar al partido regional a su antojo. En los dos años que quedaron de legislatura le pasó la mano al PP convirtiéndose en su concejal número 12, sin dejar el acta en ningún momento y presentándose por Vox en la siguiente legislatura. El hecho de no haber expulsado a esta "oveja negra" que no colaboró en nada desde la propia campaña y que torpedeó tanto desde el Pleno como desde la Agrupación, sin duda perjudicó la imagen tanto interna como externa.
En la legislatura 2019-2023, con el partido en el ámbito nacional más crecido, contamos con un equipo renovado. Hubo controversia desde la fase de elaboración de la lista porque el candidato, que volvía a ser José Luis Ros, había propuesto sus números 2 y 3 como fichajes para reforzarnos. La opción alternativa era muy radical: dimitiría el candidato y no se presentaría. Esto se interpretó como una desconfianza hacia el resto del grupo y hubo gente que se apartó de la campaña. Yo inicialmente me posicioné en contra de los fichajes, pero terminé aceptándolo aún a cuenta de que me perjudicó notablemente cuando tiempo antes se me comento que podía ser el número 2. Y tampoco se descartaba algo más en caso de promoción interesante a Regional de José Luis. Esta hipótesis se truncó debido a discrepancias con la Junta Directiva regional, la que dos años más tarde traicionaría al partido nacional. A posteriori, José Luis terminaría acertando parcialmente dado que Sebastián Mateo aportó mucho trabajo y contacto con el pueblo mientras que con Ana Valero no así. Obtuvimos 1.446 votos, 3 concejales y una nueva decepción, pues sólo fuimos capaces de incrementar 100 míseros votos tras cuatro años. Nos perjudicó la irrupción de Vox, que pescaron 1.014 votos y metieron 2 concejales. El PP únicamente perdió 100 votos revalidando su mayoría. Por otra parte, debo comentar que pasé de ser secretario a ser coordinador en unas elecciones express celebradas en plena campaña electoral debido a las dimisiones de dos personas de la Junta Directiva por discrepancias en la constitución de la lista. De alguna manera fue la compensación por desaparecer de los puestos de salida, pero no fue el mejor momento precisamente. Y el partido regional creyó que sí lo era.
En marzo de 2021, Ana Valero solicitó pasar como concejala no adscrita sin devolver el acta y a permanecer en la Corporación por discrepancia con la presentación de la moción de censura en la Asamblea Regional por Ciudadanos (Ana Martínez Vidal) y PSRM, que terminó siendo reventada tras "convencer" el PP a varios de los diputados de Ciudadanos. Justo los que no ocupaban hasta el momento cargos políticos a excepción de Isabel Franco. Para justificar su decisión, Ana recurrió al argumentario extendido por todos los que se fueron marchando del partido a nivel nacional de que "se transfugó el partido, no yo" y siguió compatibilizando su cargo de concejala con el de asesora del Presidente de la Asamblea, que también perteneció al bando tránsfuga (Alberto Castillo). Sin embargo, dejó el acta aludiendo motivos personales en 2022 siendo un día más tarde nombrada Secretaria General de una Consejería gobernada por la tránsfuga Valle Miguélez. Este nombramiento fue posterior a que la anterior Secretaría dimitiera precisamente por discrepancias con Valle. La salida de Ana permitió la entrada de Emilio Calleja, que estaba ya apartado de todo lo que era el partido. Sin embargo, fue una persona que dio ejemplo y trabajó con sus compañeros, respetó la disciplina de voto y curró como siempre ha sabido hasta el final. Es una verdadera lástima que no estuviese desde el principio.
La mala gestión de la crisis de la moción de censura de 2021 (que no se debió ni de haber impulsado nunca sabiendo la fuerte discrepancia en el grupo político que había) no hizo sino acrecentar las grietas de una legislatura que fue un auténtico calvario. Volví a ser reelegido coordinador pero sin que yo fuera incapaz ni de apenas incrementar la afiliación ni de frenar salidas de gente que estaba. Y es que si en el partido tratábamos de cerrar un agujero, se abrían tres más. Sebastián Mateo anunció su dimisión y dejó su acta (como debe ser) en enero de 2023 y anunció la creación de un partido independiente. Esto permitió que entrase Susana Alcaraz. Y ya sólo faltaba otra salida más para que yo entrase, pero la que yo esperé que llegase nunca llegó. El caso es que terminé comunicando a la coordinadora regional la imposibilidad fáctica de constituir una lista en San Pedro para 2023 para finalmente trasladarle mi dimisión como coordinador al producirse una nueva baja en la Junta local. Total, que terminé marchándome a la lista de San Javier como enterrador del proyecto de San Pedro, si bien mi parte de culpa había sido un porcentaje pequeño de un buen número de causas confluyentes.
La campaña de las elecciones para la legislatura 2023-2027 fue una escabechina generalizada para Ciudadanos en toda España. En San Javier fuimos fagocitados por el partido independiente Pleamar, mientras que la Agrupación Independiente Pinatar obtuvo 1.347 votos. Es decir, prácticamente todo el voto Ciudadanos San Pedro tras su incomparecencia. Obtuvieron 3 concejales mientras que Vox dio la sorpresa, liquidó la mayoría absoluta del PP y obtuvo 2.075 votos y 5 concejales. En resumen, todo lo que soñamos en los dos comicios anteriores lo lograron ellos. Sin embargo, el principal partido de la oposición se rompió en octubre de 2024 con la escisión de Dolores Martínez Navarrete y que pasó al grupo mixto por discrepancias con el portavoz Antonio Martínez. Esto contrasta con la marcha de David Sáez del mismo Vox, que sí dejó el acta.
No hay que olvidar tampoco que meses antes en abril se había producido la salida de la Alcaldesa Ángela Gaona alegando presunto acoso de una persona, si bien (sin poner en duda la existencia de lo denunciado) muchos creemos que las razones fueron otras como la incapacidad para negociar unos presupuestos y ciertas denuncias judiciales al Ayuntamiento. Más cambios se produjeron en abril de 2025 con la dimisión de Sebastián Mateo y que por segunda vez dejó el acta por motivos personales y profesionales y, para rematar, un segundo caso de escisión con el pase al grupo mixto de Noelia Cano a primeros de este mes de mayo. Los motivos que esgrimió fue discrepancias con el portavoz Borja Pérez por motivo de no haberle invitado a formar parte de la Junta Directiva. ¿Les suena esto a algo? ¿Sí, verdad?. Finalmente, de manera reciente dejó el PSOE Cristina Martínez por motivos personales al trasladarse a Galicia a trabajar (le sustituirá Alejandro Mañogil) mientras que María José Escudero hizo un viaje de tres días de ida y vuelta al dimitir y retractarse tras inicialmente haberse sentido sobrepasada en sus funciones y carga de trabajo. Me parece muy bien que siga, pero son movimientos que se supone que han de ser meditados y francamente no me queda del todo claro que lo hayan sido.
Siempre he defendido y defenderé mi postura de que todas esas personas que abandonaron sus grupos por los que se convirtieron en concejales y que NO entregaron su acta, en lugar de eso debieron de haber dimitido. La dignidad y principios no pueden reivindicarse por aferrarse a una silla, sino más bien lo contrario. Porque ese cargo de concejal/a lo obtuvieron por presentarse en las listas de un partido político por el orden establecido. Porque yendo por sí mismos en solitario y sin el paraguas publicitario del partido no lo hubiesen conseguido y es lo que hay cuando la democracia a día de hoy también sigue siendo una democracia de listas cerradas y bloqueadas. Lo contrario, conservar el acta, no es un acto de respeto ni de compromiso con los ciudadanos que con sus votos a la lista y al partido con el logo lograron que accediese a dicho cargo público. Es un acto de egoísmo y de primar los intereses personales por encima de los colectivos, es decir, un acto de tránsfugas. Lo lógico es hacer lo que en dos ocasiones hizo Sebastián Mateo. Ahora bien, después de recuperar y relatar todo esto pienso que me ha servido para elaborar una conclusión. ¿Por qué la gente se transfuga?
La culpa no la tiene el Partido Popular, por mucho que pudiera tener confidentes y trolls a su servicio. El problema ha sido siempre de base. Primero, no contar con una cohesión interna de grupos constituidos en breve tiempo y pertenecientes a familias ideológicas diversas con intereses no compartidos. Ahí también influye que por acumular supuesto músculo se deje pasar a todo el mundo sin ningún tipo de entrevista ni criba, especialmente en los partidos que se crean muy rápido. Segundo, disponer de un liderazgo fuerte tanto en lo político e institucional pero no lo suficientemente carismático en lo interno, y esto afecta tanto al político propiamente dicho como al coordinador o secretario general. Tercero, no favorecer la participación en los órganos directivos de personas con diferentes puntos de vista pero principios comunes y en contraposición potenciar la bicefalia en los partidos. La democracia interna es una y otra vez pervertida en su significado y sustituida por la Ley de hierro de las oligarquías de Robert Michels. Y cuarto, no disponer de un adecuado reglamento interno de prevención y resolución de conflictos que evitase que una oveja negra contaminase al resto. Pues bien, esto creo que es lo que ha pasado en prácticamente todos los casos de actas retenidas que he relatado.
Empezar mal conlleva seguir mal y terminar mal si de base no se ataja el problema. Es la autocrítica que creo que era necesaria hacer y que espero que haya alguien que la tenga en cuenta en esa oposición en San Pedro del Pinatar que es muy necesaria para evitar que el PP campe a sus anchas sin cortapisas, máxime cuando siguen existiendo miles de pinatarenses que siguen otorgando su confianza.