Datos históricos aparte, lo ciertamente relevante es qué va a deparar este segundo mandato con un Donald Trump bastante más mayor que el que llegó a la Casa Blanca en enero de 2016. Y es que han transcurrido 9 años y ahora estamos hablando de un señor de 78 años que optó por mover los brazos como amago de baile en la actuación de Village People, que amenizaron la fiesta previa. Con esto me refiero simplemente a que dudo que esté para muchas emociones y reacciones físicas como las que vimos en su momento y que parecen haber sido acogidas por Elon Musk. En síntesis, que mi primera sensación es que se verá un Trump camino a ser octogenario de más de hechos que de formas, que no quiere decir que sean buenos o malo, sino simplemente de un estilo diferente o eso me da la sensación.
Sus primeras decisiones han consistido en revertir la infame política wokista de la Administración Biden que, amparándose en el respeto a la diversidad y derechos de las minorías, ha terminado imponiendo discriminaciones y perjudicando a empresas multinacionales como Disney. Para empezar, todo parte desde una sentencia del TS de EEUU que en 2023 declaró discriminatorias y contrarias a la Ley a las políticas DEI. Además, las contrataciones por cuota enterrando la meritocracia provocaron no sólo la caída de público de películas y de ventas de videojuegos, sino que ha perjudicado a empresas más allá del ocio e incluso afectó al propio Trump con las famosas guardaespaldas sin experiencia el día de su atentado. Al mismo tiempo, abogó por la libertad de expresión y ello ha tenido seguimiento incluso antes de su toma de posesión con el abandono de los verificadores por parte de Facebook y la rescisión de los contratos con empresas como Newtral. Esto entronca con la incomprensiblemente controvertida afirmación que hizo en su discurso de que sólo hay dos géneros, el masculino y el femenino. Algo obvio y que en absoluta niega la diversidad de orientaciones sexuales ni va contra los transexuales que se identifican con un sexo distinto al biológico. Simplemente que no se cree, como muchos, el invento del "soy no binario" por mucho que haya artículos de opinión como este.
Entre las medidas más polémicas, hay que detenerse en economía, temas sociales e inmigración. En lo primero, Donald Trump quiere ahora que el Dólar siga siendo fuerte, pero su medida estrella no es precisamente liberal sino proteccionista. Está dispuesto a subir los aranceles a los países que entienda que no cumplan con determinadas obligaciones como España con la OTAN. Ello provocaría que cayeran las ventas a EEUU. También prevé imponer fuertes aranceles a las importaciones a México y Canadá y también a México, tres países con las que las relaciones ya están en mal puerto. Esta política económica exterior contrasta con la interna, dado que aboga por la eliminación de impuestos a las empresas, lo que significaría una importante reducción de los ingresos públicos que debería ser compensada con menor gasto público. Otra pata de la economía y no menos importante es la desregulación, prestando atención especial a la inteligencia artificial y a los criptoactivos, que son dos sectores relativamente recientes y que sin duda afectarán al resto del mundo.
De momento, no tiene visos que se reduzca considerablemente el fuerte endeudamiento que cometió la Administración Biden por motivo de la guerra de Ucrania y que hizo explotar la inflación. Sí que existe al menos la intención de estudiarlo con un nuevo departamento que estudiará la racionalización del gasto con la ayuda de Elon Musk. Se trata, traducido al español, del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que desde el punto de vista liberal llama la atención y puede ser un buen laboratorio experimental. Ahora bien, le espera un arduo trabajo.
Por otra parte, se ha borrado de la OMS y del Acuerdo climático de París. Respecto del primero, señala a la institución de haber gestionado muy mal la pandemia del Covid-19 (pese a que empezó a reportar informes que insinuaban una preocupación creciente) y de exigirles mucho dinero frente a otros países. Sobre el segundo, acusa a China (y con toda razón) de ser el máximo contaminante del mundo, muy por encima de EEUU que es el segundo seguido de la India. Entiende que las restricciones de emisiones de gases de efecto invernadero son excesivas porque no tienen impacto medioambiental relevante y sí económico. Mi opinión al respecto es que la primera de estas bajas puede tener una consecuencia mucho más gravosa que la segunda, dado que EEUU es el principal financiador de la OMS y también habría que ver qué dirección toma el país americano sin una coordinación externa. No hay visos de una pandemia a corto/medio plazo, pero si bajo el paraguas de la OMS la gestión fue terrible, ¿qué esperaría ahora? Sobre el segundo, entiendo las quejas y respeto su decisión porque en nombre del cambio climático se están exigiendo esfuerzos vanos.
Finalmente, en materia de inmigración pretende deportar a millones de inmigrantes en situación de ilegales. Lo que anunció en su discurso es que se centraría en los "criminales", así que entendemos que se tratará de los que tengan antecedentes penales. Hasta ahí bien y sólo un sojas de extrema izquierda estaría en contra de ello. Hace escasos días ya en Colombia hubo cierta tensión diplomática con EEUU, pero el gobierno izquierdista de Gustavo Petro ha terminado aceptando la devolución de inmigrantes colombianos para evitar la imposición de sanciones y aranceles. Visto esto, parece claro que Trump ha entendido perfectamente el camino del chantaje para presionar a los países de origen. El problema, más que el ejercicio de su posición de poder, es que una deportación masiva es complicado ejecutarla si no se dispone de la adecuada información y documentación. Lo que tampoco puede ser es que esto derive en una "caza judía" si no se comunica correctamente. Todos estamos de acuerdo que los criminales deben estar o en la cárcel o en sus países de vuelta, sobre todo si son de culturas incompatibles con el mundo civilizado. Porque no todas las ideas son respetables (las de los nazis tampoco lo eran). Sin embargo, en un tema delicado como la inmigración en el que hay clases y clases de inmigrantes, es preciso aplicar la racionalidad en lugar de la simple testosterona. Y una pregunta, ¿hacia dónde irán esos inmigrantes con antecedentes penales, sobre todo los que vengan de países de habla hispana? ¿Se lo pueden imaginar? Porque yo sí y dudo que se queden en sus países de origen.
En materia de política internacional y dentro del rol de "Estado policía", existen dos grandes retos que Biden no sólo no ha solucionado sino que ha contribuido a empeorar. Las guerras de Rusia vs. Ucrania y de Israel y Palestina. Es imperativo terminar con ambos conflictos. Las buenas relaciones entre Trump y Putin (pese a todo) son un factor importante en el primero. El caso del segundo es mucho más complejo y está más lejos de generar acercamiento de las partes más allá del alto el fuego temporal. Trump propuso deportar palestinos a Egipto y Jordania y ese plan no ha generado partidarios. Más que nada porque supondría la desaparición directamente de Gaza.
En resumen, Trump ha quitado de en medio a un penoso presidente que ni sabía dónde se encontraba ya, que sumió a EEUU y a la población americana en una grave crisis económica inflacionaria y que hundió a empresas con la promoción del wokismo. Sin embargo, el efecto de sus decisiones políticas está por ver y resulta discutible en varios de sus bloques, estimando en el efecto que pueda tener en España, resto de Europa y otros países.
Fuente de la foto: France24.